Investigan al ministro de Medio Ambiente de Brasil por facilitar el tráfico de madera

La Policía Federal de Brasil inició este miércoles una operación que investiga si el ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, y otras autoridades facilitaron la exportación ilegal de madera a Estados Unidos y Europa.

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La operación "Akuanduba" fue autorizada por el juez del Tribunal Supremo, Alexandre de Moraes, quien determinó la quiebra del sigilo bancario y fiscal de Salles, un hombre de la máxima confianza del presidente Jair Bolsonaro y acusado por ONG de "desmontar" las entidades del Gobierno que fiscalizan posibles delitos en los ecosistemas brasileños.

La máxima corte del país también ordenó la "suspensión inmediata" de diez funcionarios del Ministerio del Medio Ambiente y del Instituto Brasileño del Medio Ambiente (Ibama), órgano del Gobierno responsable por las acciones y políticas de protección ambiental, entre ellos su presidente, Eduardo Bim.

También fue establecida la paralización de un decreto dictado por el Ibama que permitía la exportación de productos forestales sin la necesidad de autorización previa por parte del órgano regulador, tras supuestas presiones de grupos de madereros.

En el marco de la operación, bautizada con el nombre de una divinidad de los indios Araras, unos 160 agentes salieron a las calles para cumplir 35 órdenes de allanamiento en diversas direcciones de los estados de Amazonas, Sao Paulo, Pará y Brasilia, algunas de ellas vinculadas a Salles.

De acuerdo con un comunicado de la Policía Federal, las investigaciones fueron iniciadas en enero de este año a partir de informaciones obtenidas junto con autoridades extranjeras que habrían notificado un posible desvío de conducta de funcionarios brasileños en el proceso de exportación de madera.

La operación fue adelantada tan solo un mes después de que el entonces jefe de la Policía del estado de Amazonas, quien fue destituido, presentó una denuncia ante el Tribunal Supremo para abrir una investigación contra Salles por supuestamente obstruir la inspección sobre el mayor decomiso de madera de la historia de Brasil.

SALLES NIEGA SUPUESTA FACILITACIÓN DEL TRÁFICO DE MADERA

El ministro calificó la operación de "exagerada" e "innecesaria" y recalcó que todos los funcionarios de la cartera siempre estuvieron a disposición de las autoridades para prestar declaración.

Salles subrayó que "jamás" hubo una actuación orquestada entre el Ibama y el Ministerio de Medio Ambiente para facilitar la supuesta exportación ilegal de madera.

"Le expliqué al presidente (Bolsonaro) de qué se trata. Le expliqué que, en mi opinión, no hay substancia ninguna en las acusaciones. Aunque no haya tenido acceso a los autos ya sé de qué asunto se trata y me parece que es un asunto que va a ser esclarecido o puede ser esclarecido con mucha rapidez", señaló Salles en declaraciones a los periodistas.

ONG ACUSAN A SALLES DE MONTAR UN "DESPACHO DE CRIMEN AMBIENTAL"

El Observatorio del Clima, una red que reúne a medio centenar de ONG, afirmó en un comunicado que la operación adelantada este miércoles podría resultar en la dimisión de Salles, partidario de la explotación económica de reservas naturales y tierras indígenas y de una mayor flexibilización de las normas medioambientales.

"Vamos a ver ahora qué delitos serán descubiertos. El hecho es que Salles montó un verdadero despacho del crimen ambiental en el Ministerio de Medio Ambiente y un día tendría que responder por eso", resaltó el secretario ejecutivo del Observatorio del Clima, Marcio Astrini.

"Hoy infelizmente quien quiera saber sobre la cuestión ambiental de Brasil necesita abrir las páginas policiales", agregó.

Desde el comienzo de su mandato, las organizaciones ambientalistas han cuestionado fuertemente la actuación de Salles al frente de la cartera, especialmente tras el aumento de la deforestación de la selva amazónica, que alcanzó niveles récords bajo su mandato.

La creciente destrucción del mayor bosque tropical del planeta ha desgastado la imagen de Brasil y empujó el año pasado a un importante grupo de fondos de inversiones globales a advertir sobre una eventual retirada de capitales, en caso de que el Gobierno no reforzara el combate a la deforestación.

No obstante, tras la presión del mercado financiero y la llegada al poder del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el Gobierno brasileño ha intentado amenizar, al menos sobre el papel, su retórica ambiental y se ha comprometido a acabar con la deforestación ilegal en el país hasta 2030.