La Zona Verde, un oasis con arte reciclado ajeno a las decisiones de la COP27

Esculturas de jirafas, rinocerontes, conejos y otros animales de materiales reciclados invaden el parque donde el Gobierno egipcio habilitó la Zona Verde como espacio paralelo al destinado a la cumbre climática COP27 de Sharm el Sheij, y parecen ser casi sus únicos habitantes.

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En la imagen, jirafas hechas con materiales reciclados junto al camino que lleva hacia las salas de conferencias de la zona verde de la COP27. EFE/Rosa Soto

Un espacio para que "la sociedad civil, los jóvenes, comunidades indígenas, académicos, artistas y el mundo de la moda se den cita", según reza la web de la organización, y también el único lugar donde se permiten las manifestaciones contra el cambio climático si uno está correctamente acreditado, previo aviso con 36 horas de antelación y registro de los impulsores.

Esta zona se diseñó como punto de encuentro de diferentes participantes para debatir y presentar iniciativas sociales con un trasfondo verde, pero alejadas de la toma de decisiones y acciones que se cuece en la zona azul, en el centro de convenciones internacional Tonino Lamborghini, situado a unos 300 metros de distancia.

Para llegar allí hay que abandonar este complejo de pabellones y cruzar una autovía con ocho carriles sin pasos de cebra ni semáforos por donde circulan los vehículos ,sin ningún cartel a la vista que indique la velocidad máxima.

Ya al otro lado, un primer punto de control detiene al visitante para comprobar sus credenciales y permitirle el paso hacia adelante, donde un montaje de plantas le da la bienvenida con el mensaje 'Welcome to Green Zone'. Tras él, hay un segundo control con escáneres para radiografiar el contenido de mochilas y bolsos.

Superado este 'checkpoint', se abre al público un oasis verde con numerosas estatuas e instalaciones abstractas realizadas con materiales reciclados que recuerdan a una exposición escolar que invita a repensar infinitas vidas para los residuos y potenciar la economía circular.

El camino conduce hasta la zona en la que cinco pabellones simulan una flor de loto "que refleja el concepto de sostenibilidad e interconexión con la naturaleza que la rodea, aspectos fundamentales para la acción climática", siempre según publica la web oficial de la COP27.

Para entrar finalmente al área de ponencias y coloquios hay que superar un tercer control, escaneando la acreditación en alguno de los lectores bajo la atenta mirada de los vigilantes que reciben a los asistentes de los actos paralelos a la programación oficial.

Superado el circuito de obstáculos previos, el recinto ofrece la posibilidad de adentrarse en diferentes edificios minimalistas en los que se suceden intervenciones cargadas de datos, informes y buenas intenciones que quedan fuera de las negociaciones de gobiernos y organismos oficiales, que al cierre de esta reunión deben alcanzar acuerdos de vital importancia en la lucha contra el cambio climático.

La programación de la Zona Verde incluye actividades alternativas como desfiles de moda con materiales reciclados, cata de insectos como nuevo manjar rico en nutrientes y ambientalmente sostenible, así como exposiciones de arte cargadas de simbolismo ecológico; un espejismo más amable que las cifras de ONG y activistas que alertan de la emergencia climática.

Los visitantes recorren los pabellones debidamente acreditados, muchos de ellos vinculados a ONG, empresas y gobiernos que participan en la COP27 y han decidido aprovechar parte de las jornadas para pasear por este espacio verde, donde fuera de los edificios prefabricados escasea la sombra por falta de árboles o toldos en los que refugiarse del sol en las horas de mayor exposición.

La Zona Verde se concibió como un espacio más cercano para la sociedad civil, pero su ubicación y los requisitos para acceder desinflaron las expectativas. El control de las autoridades tampoco ha invitado a la organización de concentraciones que, de forma puntual, se han acabado sucediendo en el recinto principal.

Así, la Zona Verde ha quedado como espacio de charlas y museo al aire libre de estatuas recicladas.