Los tres primeros tramos del Tren Maya de México reciben aval medioambiental

Las obras de los tres primeros tramos del Tren Maya, un ferrocarril turístico impulsado por el Gobierno mexicano para el sureste del país, recibieron el aval medioambiental para su construcción, informó este miércoles el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur).

Etiquetas: 

ab0be09f71c892ef4d31d4d9047c1426a7163593w.jpg

Trabajadores continúan construyendo el tramo ferroviario hoy en el municipio de Mazcanú, en el estado de Yucatán (México). EFE/Cuauhtémoc Moreno

"Fonatur Tren Maya recibió el resolutivo que autoriza los impactos ambientales para construir el tren y cumplir con las medidas de mitigación y compensación establecidas por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales", detalló el organismo en un comunicado.

Con esta resolución, quedan autorizadas las obras de los tres primeros tramos del Tren Maya, que comprenden el recorrido desde Palenque, en el estado de Chiapas, hasta Izamal, en el estado de Yucatán.

Fonatur expresó que la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) del Tren Maya refleja "el compromiso con la salvaguarda del medioambiente del sureste y de la legislación ambiental".

El pasado 16 de junio, Fonatur presentó la MIA de estos tres tramos ante la Secretaría de Medio Ambiente, que ha emitido un "resolutivo positivo donde se contemplan medidas de prevención y mitigación" medioambientales que las empresas constructoras están obligadas a cumplir.

Según Fonatur, las obras del Tren Maya tienen uno de los planes de reforestación "más ambiciosos de la historia", pues se plantarán 16 veces más árboles de los que queden afectados.

El Tren Maya es uno de los proyectos principales de la Administración de Andrés Manuel López Obrador, que pretende dinamizar el sureste mexicano.

El ferrocarril, que entrará en operación en 2024, tendrá una inversión total estimada de 4.229 millones de euros (5.000 millones de dólares) para 1.554 kilómetros de extensión en cinco estados: Tabasco, Campeche, Yucatán, Chiapas y Quintana Roo.

Sin embargo, estas obras han generado suspicacias por parte de activistas ambientales así como comunidades indígenas que habitan en zonas del recorrido del futuro ferrocarril, por el posible daño ecológico que pueda generar esta obra.