La propuesta establece que ningún ejemplar de águila real, -especie Aquila chrysaetos-, podrá ser sujeto de importación, exportación, aprovechamiento extractivo con fines de subsistencia o comerciales, explicó.
De ahí que la Secretaría de Medio Ambiente sólo podrá otorgar autorizaciones de aprovechamiento extractivo que tengan por objeto la restauración, repoblamiento y reintroducción en su hábitat natural, o bien para la investigación científica y la educación superior en instituciones acreditadas.
Además, dijo, se tendrá que implementar un programa permanente de protección, conservación y recuperación del águila real, que incluirá el monitoreo constante de las poblaciones, estudios de distribución y tendencias, diagnóstico de las principales amenazas y medidas para combatirlas. Para el cumplimiento del programa, se firmarán los convenios que sean necesarios con los gobiernos locales y con la sociedad civil y la información de este programa estará a disposición del público.
Y es que el águila real tiene una gran importancia ecológica ya que funge como un indicador del buen estado del ambiente y como consumidor superior regula las poblaciones de una gran variedad de pequeños mamíferos. Además, ha sido considerada un ave suprema desde las culturas prehispánicas hasta la actualidad.
El legislador ecologista lamentó que la distribución y abundancia del águila real sufra severos impactos por actividades humanas, como el envenenamiento, debido al uso indiscriminado de plaguicidas, cacería y saqueo de nidos para fines comerciales, captura para venta como mascotas y para la práctica de cetrería y la pérdida o deterioro de su hábitat.
Además, fue incluida como especie en peligro de extinción en la lista de especies en riesgo de la Norma Oficial Mexicana NOM-059-ECOL-1994.
En México se tenían identificados 317 nidos correspondientes a aproximadamente 119 parejas de águila real (238 individuos), hasta 2016, es decir en el país habita solamente una de cada mil 260 ejemplares de águila real existentes en el mundo.
Por ello, esta especie se encuentra incluida en la NOM-059-SEMARNAT-2010, en la categoría "Amenazadas", es decir, aquellas especies que podrían llegar a encontrarse en peligro de desaparecer a corto o mediano plazo, si se continúa con el deterioro o modificación de su hábitat o se disminuye directamente el tamaño de sus poblaciones.
Actualmente la distribución del águila real en México abarca los estados de Baja California, Baja California Sur, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Sinaloa, Durango, Jalisco, Aguascalientes, Zacatecas, San Luis Potosí, Guanajuato, Querétaro, Hidalgo y probablemente Oaxaca.