Próximo lunes, Día Internacional de la Diversidad Biológica

Sensibilizar a la población sobre el cuidado patrimonio geológico y la protección del planeta, promover la existencia de una sociedad informada y responsable del entorno para evitar el deterioro ambiental causado por la acción humana son algunos de los objetivos del turismo sustentable.

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Al ser una de las principales actividades del país, generadora de una importante derrama económica y de empleos, el turismo tiene en la sustentabilidad uno de sus retos principales.

La Organización Mundial del Turismo (OMT) define el turismo sustentable como “aquel que tiene plenamente en cuenta las repercusiones actuales y futuras, económicas, sociales y medioambientales para satisfacer las necesidades de los visitantes, de la industria, del entorno y de las comunidades anfitrionas”.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró 2017 como Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo y para ello la OMT colaborará en la planeación de actividades con gobiernos, organismos competentes internacionales y regionales y otras instancias interesadas.

Con esta declaratoria representa una oportunidad para que dicha actividad económica permita convertir el planeta en un lugar de prosperidad y bienestar para todos.

En el contexto de la “Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, se prevé impulsar un cambio en las políticas, prácticas empresariales y en el comportamiento de los consumidores, a fin de lograr un sector turístico más sustentable.

En el documento 2017 Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo, la OMT señala que se explorará y destacará el papel de este sector en los ámbitos del crecimiento económico y sostenible.

Refiere la función que tiene esta actividad en la inclusión social, el empleo y la reducción de la pobreza, el uso eficiente de los recursos, protección ambiental y lucha contra el cambio climático, valores culturales, diversidad y patrimonio y comprensión mutua, paz y seguridad.

Sugiere que para promover y reforzar la labor del turismo, las actividades del Año Internacional se deben centrar, entre otras cosas, en cuatro líneas de acción: campañas y sensibilización, creación y difusión de conocimientos, formulación de políticas, así como capacitación y educación.

En la primera, aconseja promover el turismo sostenible como instrumento de desarrollo, alentar su integración en las agendas de desarrollo nacional, regionales y mundiales, y subrayar su función como catalizador del crecimiento económico y sostenible.

También recomienda mejorar la sensibilización de todos los agentes interesados, incluidos los turistas, respecto a la repercusión de los viajes en el ambiente, así como la forma en que pueden contribuir al crecimiento responsable.

En la segunda línea de acción propone mejorar la comprensión de la forma en que el turismo sostenible contribuye a los ámbitos mencionados en los países con el propósito de promover herramientas y mecanismos para el seguimiento y la medición de los efectos positivos y negativos de esta actividad económica.

El organismo asegura que se requieren políticas basadas en hechos demostrables e intercambiar buenas prácticas que impulsen y maximicen la contribución del turismo al desarrollo sostenible, además de estimular la cooperación público-privada y promover la responsabilidad social corporativa como pilar del desarrollo.

En la última línea plantea apoyar la aplicación de políticas educativas que promuevan la contribución del turismo sostenible al desarrollo, mejorar la elaboración de los programas en sintonía con la Agenda 2030 y los Objetivos del Desarrollo Sostenible, empoderar a las mujeres y a los jóvenes al aumentar sus conocimientos y habilidades.

La OMT invita a los gobiernos, al sistema de las Naciones Unidas y a otras organizaciones internacionales y regionales, instituciones financieras, sector privado, universidades, sociedad civil y agentes turísticos, incluidos los visitantes que viajan cada año dentro de sus países y a otros, a participar en la celebración del Año Internacional de este sector.

En el documento agrega que se proporcionará información de todas las actividades relacionadas, la cual será utilizada para el informe que la OMT debe presentar a las Naciones Unidas en 2018.

En México, diversas actividades humanas han impactado de manera negativa en el patrimonio biológico, ante lo cual ha sido necesario emprender cambios en todos los sectores y ámbitos de la sociedad para detener el deterioro de la biodiversidad y lograr su conservación.

A fin de crear más comprensión y consciencia sobre ese tema, las Naciones Unidas proclamaron el 22 de mayo como el Día Internacional de la Diversidad Biológica, este año con el tema Turismo Sostenible.

Autoridades Federales, entre ellas la Comisión Nacional para el Conocimiento Uso de la Biodiversidad (Conabio), alista la Semana de la Diversidad Biológica, del 22 al 27 de mayo próximos, que se enmarca en el festejo mundial.

Cada año se programan diversas actividades en distintos lugares del país como conferencias, cursos, talleres, exposiciones fotográficas, foros, conciertos y recorridos.

Para conservar, restaurar y manejar sustentablemente la biodiversidad y los servicios que provee en el corto, mediano y largo plazos, el gobierno federal creó la Estrategia Nacional sobre Diversidad en México y (EnBioMex) y el Plan de Acción 2016-2030.

La herramienta se constituye como un instrumento cuya misión es “establecer las bases para impulsar, orientar, coordinar y armonizar los esfuerzos de gobierno y sociedad para la conservación, el uso sustentable y el reparto justo y equitativo de los beneficios derivados del uso de los componentes de la diversidad biológica y su integración en las prioridades sectoriales del país”.

Según la Estrategia, en 2030 se mantendrá la biodiversidad y la funcionalidad de los ecosistemas, así como la provisión continua de los servicios ecosistémicos necesarios para el desarrollo de la vida y el bienestar de las mexicanas y los mexicanos.

Señala que gobierno y sociedad estarán comprometidos con la conservación, uso sustentable y la distribución justa y equitativa de los beneficios derivados de la biodiversidad.

Se busca, añade, la provisión de servicios ecosistémicos, que son la multitud de beneficios que la naturaleza aporta a la sociedad, que garanticen el derecho a un medio ambiente sano para el desarrollo y bienestar de los aproximadamente 137 millones de personas que se calcula habrá en México para 2030.

Así, la estructura de la estrategia abarca seis ejes: conocimiento; conservación y restauración; uso y manejo sustentable; atención a los factores de presión; educación, comunicación y cultura ambiental e integración y gobernanza.

La perspectiva de mejorar el bienestar de la población mexicana depende de la capacidad, individual y colectiva para fijar objetivos concretos en materia de conservación, manejo sustentable y restauración de los ecosistemas naturales de México.

Aunque todo ello se puede lograr mediante la creación y el fortalecimiento de instrumentos regulatorios que impulsen el aprovechamiento sustentable de la biodiversidad, es necesario reforzar la conciencia sobre la importancia de los ecosistemas como proveedores de los servicios ambientales esenciales para la vida, agrega.