Víctor Viñuales (Ecodes): 3,000 millones de personas son vulnerables al clima

La "geografía de la vulnerabilidad climática" se ha ido extendiendo, y ahora se estima que hay "más de 3,000 millones de personas en situación de franca vulnerabilidad climática", asegura a EFE el director de Ecodes, Víctor Viñuales, quien señala que es el momento de "la COP de los pioneros", de quienes quieren "actuar ya".

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Imagen cedida por Ecodes del director ejecutivo de la entidad, Víctor Viñuales. EFE

El director de la Fundación Ecología y Desarrollo (Ecodes) señala a EFE, en una entrevista en el marco de la celebración del día de las finanzas en la COP27 en Sharm el-Sheij (Egipto), que debe haber una segunda COP, "la de los pioneros, donde no solo los países sino también las ciudades, las empresas, las universidades... tienen que participar y no esperar al consenso, sino actuar" en la puesta en marcha de los cambios para reducir las emisiones y ralentizar el calentamiento global.

Históricamente, las decisiones en las Conferencias de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático de Naciones Unidas (COP) se toman por consenso, "un proceso muy complicado siempre, porque hay intereses contrapuestos", y por ello, se muestra partidario "de los que quieren actuar ya, sin esperar al consenso. "Hay que romper el principio de que o nos movemos todos o no hacemos nada".

En la Cumbre de Glasgow (COP26) -dice- ya hubo muchos acuerdos de quienes quieren actuar, y además se emplazó a los países a llegar a Egipto con los "deberes hechos", en relación a los compromisos nacionales determinados (NDC), pero, subraya, que la situación geopolítica actual con la guerra de Ucrania y otros conflictos, hace que haya gente que "no tiene tantas ganas de moverse y encuentra excusas para no hacerlo".

Esto daña algo muy importante que es el "optimismo climático, no, la esperanza climática", y sucede en el año en el que en el verano ha habido olas de calor en Europa, inundaciones catastróficas en Pakistán o grandes incendios en España, es decir, se han visto "las tremendas consecuencias que tiene el no hacer nada".

Explica que la "pelea histórica" entre los países desarrollados y los del sur en las COP llevó a que en la Cumbre de Copenhague de 2009 se asentara la proposición de crear un mecanismo de financiación de 100,000 millones de dólares anuales a partir de 2020 para compensar las pérdidas y daños, que "no está resuelto", y que estará "con fuerza" en las negociaciones de Egipto.

Son países que, "con toda la razón del mundo", reclaman las compensaciones por pérdidas y daños por los impactos del cambio climático, "sin haber tenido parte prácticamente en la generación del problema".

Subraya que a pesar de que Europa aduce que actualmente solo representa el 10 % de las emisiones de gases de efectos de efecto invernadero (GEI), hay que "remontarse a las emisiones históricas", y viendo con esa perspectiva resulta que Estados Unidos y Europa son responsables de las dos terceras partes de esas emisiones que han llevado a la situación actual.

Menciona al historiador israelí Yuval Noah Harari quien ha calculado que con la inversión del 2 % del Producto Interior Bruto (PIB) mundial se podría cubrir la adaptación y mitigación del cambio climático, y recuerda que para la pandemia se movilizaron "recursos superiores" y con mayor rapidez.

Lo que "debemos hacer", subraya, es que en la agenda política se entienda que estas inversiones "son muy rentables", porque el problema climático se irá agravando con daños económicos capitales y sociales enormes y que "este fondo es la mejor forma" para compensar esos daños al llamado Sur Global.

Si no se desembolsan estos capitales, las consecuencias climáticas en países de África, por ejemplo, producirán "migraciones masivas" a Europa que tendrá que gastar millones en "defenderse, construir muros...".

El cambio climático es un "problema global", asevera, que exige una acción y cooperación global para afrontarlo y es lo que "no está tan claro" en las prioridades políticas en las cumbres.

Las ayudas se podrían canalizar por diferentes mecanismos, "combinando diferentes fórmulas de lo público y lo privado", pero poniendo primero "esos recursos sobre la mesa".

"Estamos viviendo un momento muy complicado", por un lado, nunca como ahora había tanta "urgencia en actuar", y por otro lado "subsiste la pasividad de los gobiernos".

Existe un choque que se está expresando en las acciones de los jóvenes "por rabia, por indignación, por malestar profundo con la innacción".

Si antes había razones climáticas para transitar velozmente hacia una economía de energías renovables y abandonar los combustibles fósiles, se han añadido las razones económicas, porque "las renovables son más económicas", alega.

Además, la guerra en Ucrania ha puesto de relieve que también por "razones de seguridad, que es una palabra muy importante", en estos tiempos es muchísimo mejor depender de energías cercanas que de energías lejanas y muchas veces provenientes de "países complejos".

Esas tres razones "están empujando de forma más rápida hacia un mundo descarbonizado", y eso se ve porque aunque a veces los gobiernos por "este amontonamiento de crisis titubean, la economía se está moviendo en esa dirección", concluye.