El representante de la FAO en México, Fernando Soto Baquero, explicó que las Chinampas son el primer SIPAM de América del Norte y fueron reconocidas con esta denominación por ser un perfecto ejemplo de interacción humana con la naturaleza para afrontar condiciones extremas.
Señaló que esta característica de este lago las convirtió en tierra cultivable y sin causar daños al ambiente, sino permitió crear un hábitat ideal para numerosas especies vegetales y animales que se han conservado hasta nuestros días gracias a la actividad humana.
“El sistema chinampero es parte esencial de la historia y está en el corazón de la Ciudad de México, pero más que un recuerdo del gran apogeo de Tenochtitlan, como un aporte significativo actual en la construcción de un sistema alimentario sostenible e incluyente”, expuso en un comunicado.
Subrayó que es necesario asumir “nuestro compromiso común” para que las generaciones futuras también tengan la oportunidad de lucir las flores de ornato o alimentarse con hortalizas y nopales que se produzcan.
