San Juan Cancuc, el pueblo indígena mexicano que rechaza vacunarse por miedo

Un pueblo indígena mexicano, San Juan Cancuc, se ha convertido en uno de los primeros en desmarcarse del plan de inmunización federal contra la covid. "Aquí la gente no quiere vacunarse porque puede traer efectos negativos. Ni los adultos mayores quieren", asegura este martes Sebastián Santis, uno de sus habitantes.

Ubicado en las montañas de la zona Altos del suroriental estado de Chiapas, el municipio está mayoritariamente poblado por mayas tzeltales y cuenta con una población de alrededor de 40,000 personas distribuidas en unos 45 poblados.

En esta región, según datos oficiales de las autoridades de salud, solamente se han registrado tres casos de covid desde el comienzo de la pandemia hace casi un año.

Una cifra que contrasta con los más de 8,000 casos y casi 700 muertos en Chiapas, uno de los estados más pobres del país. Y con los cerca de 1.9 millones de casos y más de 166,000 muertos de covid en México, un país que padeció en enero pasado su mes más trágico de la pandemia.

El alcalde del municipio, José López López, informó que el pasado 28 de enero de 2021 se realizó una asamblea con agentes auxiliares municipales de las 45 comunidades, con la presencia de autoridades sanitarias y otros regidores del ayuntamiento con tal de hablar del plan de vacunación a adultos mayores.

Aunque las autoridades aseguraron haber dado la información pertinente, fue quizás la falta de casos en el municipio, aunado al desconocimiento o a las costumbres ancestrales, la que llevó al pueblo, en asamblea, a rechazar vacunarse contra la covid, según confirmó el alcalde.

De esta manera, por el sistema de usos y costumbres con los que se rigen algunos pueblos indígenas, el municipio llegó al acuerdo de que en San Juan Cancuc no se llevará a cabo la campaña de inmunización contra la covid-19, y no permitirán que se instale un módulo de vacunación.

México, de 126 millones de habitantes, tiene acordados 34,4 millones de dosis de la estadounidense Pfizer, 77.4 millones de la británica AstraZeneca, 35 millones de la china CanSino, 24 millones de la rusa Sputnik V.

Pero aunque el país fue el 24 de diciembre el primer latinoamericano en comenzar a vacunar, de momento solo 75,800 trabajadores sanitarios han recibido las dos dosis necesarias de la vacuna de Pfizer debido a retrasos por los envíos de la farmacéutica.

Por lo que el plan de inmunización avanza lento sobre el terreno.

ENTRE EL MIEDO Y LA DESCONFIANZA

La desconfianza contra la vacuna es latente en este pueblo porque se teme que esta pueda dar problemas a la salud.

"Yo he escuchado que si recibes la vacuna después te mueres", dijo el habitante Elías Gómez, quien explicó que al principio de la pandemia la gente en su pueblo no se cuidaba.

Pero ahora, continuó, se abstienen de visitar a familiares y celebrar reuniones. Además, toman muchas plantas medicinales.

Antonio García, otro habitante tzeltal de la zona, no tiene "miedo a la vacuna", pero en su comunidad hay muchos que dicen que la inyección "no es buena".

Y cuestionado sobre si él mismo se vacunaría, dijo: "En su momento, sí, pero siempre y cuando no tenga malas consecuencias. Ya cada uno tomará sus propias decisiones", subrayó este habitante de Chiapas, una de las regiones más pobres de México.

Aunque no todos los residentes opinan lo mismo: "Para mí es bueno, pero la comunidad de Chilólja no quiere y no sé por qué", lamentó Martín Gómez.

No es la primera vez que los municipios indígenas de Chiapas se niegan a aplicar medidas para prevenir los contagios de covid.

Al inicio de la pandemia, autoridades locales de San Fernando, Venustiano Carranza, Las Rosas, Chenalhó, Chiapa de Corzo, Pantepec y Tapalapa, entre otras localidades, se opusieron a las medidas de desinfección y de control de la movilidad para evitar la propagación del virus.