Corrupción, Soborno y Colusión son los riesgos que más se han incrementado entre el capital humano, durante la pandemia

Durante el último año, diversos sectores se han tenido que acoplar a un nuevo entorno; sin embargo, la coyuntura también ha ocasionado que los trabajadores se tengan que adaptar a las circunstancias, generando en ellos nuevas prioridades, que pueden verse reflejadas en la forma en la que desempeñan sus labores y su compromiso con la empresa en la que labora; así lo indica información emitida por QIBO, la agencia especializada en la detección y prevención de riesgo en el capital humano.

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Durante los últimos 12 meses, de acuerdo con la data recolectada por QIBO, se ha observado un nuevo comportamiento dentro de los empleados de nuestro país, demostrando que los riesgos de capital humano, más frecuentes durante la pandemia, se han relacionado con hechos como corrupción, soborno, colusión, robo, confidencialidad y estabilidad personal.

Además de dicha información, la agencia reveló que los riesgos que más se incrementaron durante este año son los relacionados con la estabilidad personal del capital humano, pasando del lugar vigésimo octavo al quinto lugar; mientras que los que corresponden a corrupción, saltaron del quinto al primer sitio.

La pandemia cambió las dinámicas existentes en un grupo de trabajo. Antes se podía evaluar de manera presencial al personal y se podían detectar ciertos comportamientos y/o actitudes que marcaban la relación en el trabajo; hoy, las labores remotas, no permite tener un control claro de las emociones, situaciones y sobretodo de su compromiso con la empresa en la que trabaja.

La última Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del INEGI, demostró que en México existen 34.7 millones de hogares, los cuales cuentan con 3.6 integrantes en promedio y el ingreso familiar depende de, por lo menos, dos de las personas que habitan el hogar. Con estos datos, se revela que un hogar mexicano sufre para realizar sus pagos de cuentas si uno de los integrantes ve reducido su sueldo o, en caso más extremo, es despedido de su empleo.

Según cifras oficiales, en los primeros 9 meses de la pandemia se perdieron 12 millones de empleos. Por otro lado, el estudio Protect and Project Oneself de Cardif México, demuestra que 72% de los mexicanos ha sufrido una pérdida de ingresos y el 32% ha tenido dificultades para realizar los pagos de sus cuentas.

De acuerdo con QIBO, estos hechos modifican el comportamiento y pensamiento de las personas. Quienes antes de la pandemia podían considerarse como empleados de confianza y ejemplares, hoy están ante un contexto que los hace cuestionarse o, incluso, proponerse llevar a cabo algún acto para beneficio propio, con el cual puedan compensar los ingresos que su círculo cercano ha perdido, sin importar si con ello afectan a su empresa. Si bien una persona puede no haber sufrido reducción de ingresos o mantiene su empleo, es muy probable que quienes forman parte de su hogar sí hayan sufrido de estas medidas y por lo tanto complicar la adquisición de alimentos, materiales de educación, transporte, entre otros más.

“Todas estas situaciones que se han vivido durante el último año cambiaron todo. Aunque mantengas a la plantilla de trabajadores desde que inició la pandemia, debes saber que no son las mismas personas que antes. Viven circunstancias que los han hecho cuestionarse o, incluso, hacer cosas que antes ni siquiera hubieran pensado y eso puede afectar la manera en la que conviven con su empresa”, comentó Alejandro Escalante, director de operaciones de QIBO.

Finalmente, QIBO señaló que muchos de los actos que el capital humano realiza en contra de su empresa se deben a que se busca mantener un estatus de vida y se relaciona directamente con temas como pago de colegiaturas, pago de automóvil, renta en la zona deseada, etc., lo cual en este momento se ha visto afectado por la crisis generada por la pandemia.