¿Pueden las instituciones de crédito evitar la morosidad?

En medio de un contexto económico adverso, ocasionado por la inflación, evitar la morosidad de los clientes es un reto para las instituciones de crédito. En México, en el 47% de los hogares por lo menos algún integrante de la familia tiene una deuda en créditos, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

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La labor de inhibir la morosidad no sólo concierne a la banca tradicional, también empresas como las fintech han visto una duplicación en el porcentaje de cartera atrasada. Ante este panorama, ¿pueden las instituciones de crédito evitar la morosidad?

“Es posible inhibir la morosidad si se cuentan con datos interinstitucionales que apoyen a las empresas a tomar decisiones más estratégicas. El Open Banking puede ser esta respuesta, ya que contar con una base de datos sólida e integral puede perfilar productos más segmentados y les da a las instituciones la posibilidad de detectar y reducir riegos que en el macro impactan tanto en el futuro de estas
compañías con el servicio que brindan a sus usuarios”, explica Nick Grassi, Co-CEO de Finerio Connect, startup mexicana de finanzas integradas.

Argumenta que a través del modelo Open Banking, las instituciones financieras pueden contar con un panorama más amplio para otorgar créditos a los clientes según sus necesidades y posibilidades de pago, así se logra reducir la morosidad.

“Tanto bancos como fintech podrían otorgar créditos más rápidos y eficientes completando su información y la de terceros con un diagnóstico más certero de las finanzas de sus usuarios; conociendo así el perfil de riesgo y el servicio más adecuado para sortear una adversidad. En síntesis: segmentar, detectar y anticiparse a las necesidades del cliente es la clave para reducir la morosidad”, precisa el Co-CEO de Finerio Connect.

A mayores datos financieros, menor incertidumbre de pago

La última Encuesta Nacional de Inclusión Financiera, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), establece que el 45% de los adultos del país gastan más de lo que ganan cada mes; además, solamente 25% de la población cuenta con algún tipo de educación financiera formal.

“El Open Banking también puede contribuir a monitorear las finanzas personales, ya que las instituciones pueden ofrecer a sus clientes una serie de soluciones en materia de créditos, inversiones e incluso apps para el buen manejo de las finanzas personales. Todo ello sin salir de casa, haciendo uso de herramientas digitales precisas”, detalla Grassi.

Según el INEGI, actualmente sólo el 40% de los mexicanos lleva un registro claro de sus finanzas personales, “por ende, cuando las instituciones financieras implementan el Open Banking ayudan a que sus clientes tomen el control de su dinero, tomen mejores decisiones y usen los productos y servicios financieros como herramientas para alcanzar metas, no como un incremento de deuda. Al final del día ese es el objetivo de estos instrumentos: mejorar la calidad de vida de las personas”, añade.

Finalmente, el Co-CEO de Finerio Connect considera que el actual ecosistema exhorta a crear alianzas entre empresas para impulsar estrategias más sólidas que amplifiquen sus posibilidades de sortear crisis como la actual.

“La clave para evitar la morosidad es incorporar el Open Banking y adaptarse a nuevos procesos para brindar servicios de valor añadido a los clientes; en la medida en que las empresas conocen mejor las necesidades del mercado y adaptan su oferta, la incertidumbre de falta de pago se reduce”, concluye el Co-CEO de Finerio Connect.