La compañía obtuvo 42 millones de dólares australianos (44.8 millones de dólares o 34.3 millones de euros) al término del primer semestre del año fiscal, que termina en junio de 2012, por debajo de los 241 millones que obtuvo en el mismo período del año anterior.
El director ejecutivo de Qantas, Alan Joyce, atribuyó el descenso al incremento de los precios del carburante y a las huelgas del personal de tierra y mecánicos que el año pasado provocaron su decisión de dejar en tierra toda la flota de aviones de la compañía.
Joyce anunció un plan de cinco años para reducir los gastos en 700 millones de dólares australianos (748 millones de dólares o 572.6 millones de euros) hasta 2014 con la revisión de sus operaciones de mantenimiento en Australia y de los servicios de tierra.
"Anticipamos que unos 500 puestos de trabajo se verán afectados por los cambios que anunciamos hoy" dijo Joyce.
El directivo de Qantas señaló que estos puestos de trabajo serán "estructuralmente redundantes" con los cambios que incluyen la reestructuración del mantenimiento mecánico, el servicio de abastecimiento de alimentos, la retirada de varios aviones y la suspensión de dos rutas internacionales.
"No hacer nada no es una opción. Mantener esta situación a corto plazo solo pondría en riesgo nuestro negocio a largo plazo", indicó el directivo.
"Tenemos una estrategia clara para el futuro que se basa en la fortaleza de nuestro negocio en los vuelos domésticos, la transformación de Qantas Internacional y el crecimiento de Jetstar en Asia", añadió Joyce.
Qantas mantuvo el año pasado un pulso con los sindicatos que iniciaron movilizaciones tras el anuncio de la compañía de un plan de reestructuración de la unidad internacional que contempla el despido de mil trabajadores y la expansión de operaciones en Asia.