Tecnología, la llave para la transparencia y manejo de gastos públicos

Las prácticas en los negocios, la gestión de recursos públicos y un mayor foco en la rendición de cuentas están transformando la manera en que organizaciones públicas y privadas llevan sus actividades. A nivel regional, América Latina enfrenta retos particulares en este sentido y, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), día a día se buscan más iniciativas de política pública para el fortalecimiento de la transparencia, acceso a la información, participación ciudadana y rendición de cuentas, donde la tecnología juega un papel fundamental para alcanzarlas.

Por Ángel Morfín, director de SAP Concur en México

El panorama en México no es diferente. Recientemente, se ha vigilado más la rendición de cuentas y el correcto uso de los recursos públicos, donde los gastos de viajes y representación deben ser un tema prioritario.

Si bien, hoy en día la tecnología colaborativa ha creado mecanismos que agilizan el intercambio de información y reducen costos operativos a través de videollamadas, correos electrónicos y las plataformas de mensajes instantáneos, los viajes de trabajo o representación no dejan de ser imprescindibles. Sin embargo, la manera en que las instituciones administran y controlan sus gastos relacionados a viajes y viáticos debe adaptarse a medida que la expectativa ciudadana sobre la rendición de cuentas evoluciona.

Ante esta inminente necesidad de las administraciones públicas de gestionar y analizar grandes cantidades de datos para tomar decisiones más estratégicas, aunada a la falta de homogeneidad en la adopción tecnológica –donde gran parte de los procesos se realizan de forma manual– resulta imprescindible contar con herramientas que ayuden a gestionar estos gastos. En lo que respecta a la iniciativa privada, hemos observado que las mejores prácticas en el manejo de gastos de viaje han dado como resultado, en algunos casos, un retorno de inversión de 650 por ciento en un plazo de tres años; ahora imaginemos este mismo impacto en dependencias de gobierno donde el retorno de inversión permitiría contar con más recursos para programas sociales.

Debemos adaptar estas prácticas de la iniciativa privada al sector público, donde las ventajas que proporcionan las soluciones en la nube permiten la optimización de procesos, con estricto apego a las políticas correspondientes, pago de proveedores más preciso, disminución en la pérdida de comprobantes de gastos, entre muchos otros, incrementando la eficiencia.

México ha dado grandes pasos en el establecimiento de procedimientos y buenas prácticas para identificar y clasificar los factores que ponen en riesgo el cumplimiento de estas legislaciones; prueba de ello son las iniciativas ciudadanas que surgen de organismos como Mexicanos Contra la Corrupción o la “3 de 3”, iniciativa del Instituto Mexicano para la Competitividad en colaboración con Transparencia Mexicana, que promueve la rendición de cuentas patrimoniales, de intereses y de pago de impuestos de cualquier funcionario público en los tres niveles de gobierno.

Sé que aún existe mucho camino que recorrer, pero vemos que se está trabajando en el sentido correcto. Es un hecho que el ecosistema de transparencia que se está gestando en el país es una realidad donde todos los organismos –tanto públicos como privados– deben estar preparados para continuar por esa senda, y por su naturaleza, la tecnología estará ahí como habilitador de los cambios trascendentales que necesitamos todos.