Tres prioridades de la Alta Dirección para impulsar la competitividad

En un ambiente de negocios dinámico y retador, caracterizado por la volatilidad y la transformación constante, la Alta Dirección muestra una gran consistencia en cuanto a las acciones que se llevarán a cabo para que las empresas crezcan y sean más competitivas en los siguientes tres años, de acuerdo con los resultados de Perspectivas de la Alta Dirección en México, estudio de KPMG que en 2019 llega a su 14a edición.

Por Roberto Cabrera, socio líder nacional de Asesoría de KPMG en México
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Los directivos aseguran que la centralidad en el cliente, la innovación y el desarrollo y la retención del talento serán las principales variables para incrementar la competitividad, el crecimiento y las utilidades de sus empresas, es decir, garantizar el éxito.

Para seis de cada diez líderes de empresa, centrarse en el cliente es la principal estrategia para ser más competitivo. Al buscar satisfacer las expectativas del consumidor confluyen acciones como promover la innovación, invertir en tecnologías de la información y transformar los modelos de negocio.

Generar mayores utilidades es una medida del éxito en las organizaciones. Para lograrlo, los tres factores prioritarios que la Alta Dirección identifica son centrarse en el cliente, la innovación (desarrollo de nuevos productos o líneas de negocio), así como la eficiencia (mejoramiento de los procesos y el desempeño).

Sin duda, la eficiencia es clave para la rentabilidad de las empresas. Para ello, la disrupción digital aporta herramientas como robotic process automation (RPA), inteligencia artificial e internet de las cosas (IoT), que impulsan la productividad. Pensar en el front, middle y back office al implementar estas iniciativas es vital.

Cuando se les pregunta a los líderes empresariales acerca de las acciones más relevantes para impulsar el crecimiento, algunas de las principales son construir relaciones cercanas con clientes, desarrollo y retención del talento, innovación, gestionar riesgos de forma preventiva y asegurar el cumplimiento regulatorio.

De lo anterior se puede concluir que satisfacer las expectativas de los clientes por medio de la innovación y generar nuevos modelos de negocio son dos estrategias esenciales para la Alta Dirección, y en esta tarea la evolución de las nuevas tecnologías es favorable para las empresas, pues se ha facilitado su acceso y se han reducido los costos.

Talento y expansión, pilares de las empresas

El talento, por otra parte, involucra grandes retos en términos de cambio organizacional, desarrollo, retención, diversidad y convivencia generacional. Por ello, la diversidad es muy relevante para siete de cada diez líderes de empresa, un porcentaje bajo en comparación con países más desarrollados.

Por otro lado, a pesar de la cautela de las empresas, más de la mitad piensa invertir en algún estado de la República, y tres de cada diez planean hacerlo en el extranjero. Las oportunidades de crecimiento para las organizaciones residen en mercados favorables, con factores como el incremento de los índices de consumo.

Los principales destinos nacionales de inversión que señala la Alta Dirección dentro del estudio son Querétaro (33 por ciento), Guanajuato (28 por ciento), Nuevo León (27 por ciento), Jalisco (27 por ciento) y Estado de México (26 por ciento). Si se aplica la misma pregunta, pero con respecto a la expansión en otros países, figuran Estados Unidos (40 por ciento), Colombia (25 por ciento), Perú (15 por ciento), Brasil (14 por ciento) y España (13 por ciento). La aparición de un país europeo revela una posible tendencia favorable de diversificación.

A pesar de una ligera caída en la demanda de fuentes de financiamiento externo, que podría deberse a la volatilidad de los mercados, la paridad cambiaria y las tasas de interés, las instituciones financieras son la fuente preferida por el 70 por ciento de la Alta Dirección, seguidas de los socios estratégicos (44 por ciento) y los fondos de capital en el mercado bursátil (23 por ciento), según el estudio.

En suma, la estrategia empresarial de la Alta Dirección residirá en pilares como la experiencia del cliente, la gestión del talento y la innovación; asimismo, extenderse a nuevas geografías seguirá siendo atractivo, por lo que las fuentes de financiamiento serán necesarias, así como incluir a las nuevas generaciones y promover la diversidad como puntos clave en el futuro de las organizaciones.