Los fiscales iniciaron una exposición que durará un mes, después de lo cual el tribunal quedará en condiciones de dictar sentencia en una causa que es tan compleja, que ya ha durado más de dos años y medio.
El juicio analiza los delitos cometidos en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), que fue uno de los mayores centros clandestinos de detención de América Latina y en donde se calcula que fueron secuestradas unas cinco mil personas.
La llamada “mega causa ESMA” es el proceso más emblemático en su tipo a nivel internacional por el número de imputados (63), testigos (830) y víctimas (789) que fueron secuestradas, torturadas, desaparecidas o asesinadas.
Aunque los represores, que están presos en una cárcel de las afueras de Buenos Aires son convocados a las audiencias, el único que suele acudir es Ricardo Miguel Cavallo, el ex marino que fue detenido en el año 2000 en México.
Para el inicio de los alegatos, de los 63 acusados sólo fueron al tribunal, además de Cavallo, Gonzalo Dalmacio Torres de Tolosa, Edgardo Aroldo Otero y Mario Pablo Palet, ya que el resto prefirió permanecer en sus celdas.
Este es el tercer juicio que se realiza por los delitos cometidos en la ex ESMA, ya que en el primero se acusó sólo a un represor que se suicidó antes de ser condenado, y en el segundo, realizado en 2009, 12 acusados recibieron pena de cadena perpetua.
Ahora son investigados ex miembros de la Armada, la Policía Federal Argentina, el Servicio Penitenciario Federal, la Prefectura Naval Argentina, el Ejército y tres civiles.
Además, por primera vez se están juzgando a los pilotos de los “vuelos de la muerte”, quienes manejaban los aviones desde donde los prisioneros eran tirados, vivos, al mar Atlántico o al Río de la Plata.
Junto con Cavallo, entre los procesados se encuentran algunos de los personajes más tenebrosos de la dictadura argentina, como Alfredo Astiz, Jorge "El Tigre" Acosta, Adolfo Miguel Donda, Juan Alemann, Juan Antonio Azic, Carlos Guillermo Suárez Mason y Julio Alberto Poch.
El juicio es tan significativo, que el tribunal sesiona tres veces a la semana, y cada audiencia dura en promedio ocho horas en las que que se escuchan descripciones de las torturas, impugnaciones de los defensores y acusaciones de los fiscales y querellantes.
Con procesos de este tipo, Argentina ha sentado jurisprudencia a nivel mundial, ya que es el único país del mundo que ha juzgado a sus represores, lo que ha permitido hasta ahora la condena de 563 militares y civiles.