En Nueva York el WTI cerró la etapa en 56,55 dólares el barril, tras trepar el viernes 1,41 dólares, impulsado por una posible extensión de un acuerdo de reducción global de la oferta. Sin embargo, registró en la suma de las cinco sesiones un declive del 0,35 por ciento.
Mientras, en Londres el Brent concluyó en 62,72 dólares el barril, con un repunte en la última jornada de 1,26 dólares, pero acumuló un repliegue del 1,26 por ciento.
Aunque las cotizaciones de ambos marcadores referenciales resbalaron en la semana, en los últimos meses acusan una orientación alcista. De hecho, desde julio ascendieron un 25 por ciento.
Expertos coincidieron en que en la subida de los precios ha sido decisivo el pacto alcanzado entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y una decena de importantes productores ajenos a esa agrupación, particularmente de Rusia, de recortar el bombeo de crudo en 1,8 millones de barriles diariamente.
Ejecutivos relacionados con el oro negro en ese país y el ministro saudita de energía, Khaled al-Faleh, declararon en más de una ocasión el interés de extender el acuerdo, el cual debería terminar en marzo del venidero año.
No obstante, la OPEP prevé reunirse el 30 de este mes en Viena con el propósito de equilibrar el mercado, para lo cual lo más probable es que el grupo decida extender a todo 2018 la duración del pacto.
Recientemente Rusia y Arabia Saudita, los mayores productores de crudo en el mundo, cada uno con más de 10 millones diarios de barriles, abogaron de nuevo por la necesidad de su prolongación.
Por otra parte, la cesta de la OPEP se cotizó al cierre de la semana en 59,98 dólares el barril.