La medida fue anunciada a raíz del caso de Maksoud Abdel Latif, quien llegó en mayo del año pasado a Australia junto con su familia a bordo de un barco ilegal y, tres meses después, fue condenado en rebeldía en Egipto por un asesinato en 1999 y pertenencia a un grupo radical islamista.
La primera ministra de Australia, Julia Gillard, dijo en el Parlamento que ha ordenado al inspector general de los servicios de Inteligencia y Seguridad que revise la gestión que las agencias gubernamentales realizan con estos inmigrantes.
El anuncio tuvo lugar después de que el periódico The Australian revelara que el Ministerio de Inmigración también ha abierto una investigación sobre la gestión de solicitantes de asilo que suponen un alto riesgo a la seguridad nacional tras el caso de Latif.
La Policía australiana identificó hace un año a Latif, contra el cual la Interpol había emitido una alerta roja, pero este continuó en un centro de detención común debido a un "error administrativo" hasta febrero, cuando fue recluido en un centro de máxima seguridad en Sídney, indicó el rotativo. (EFE)
