En 1995, dos años después del asesinato de Escobar, su viuda María Victoria Henao Vallejos y los hijos de ambos, Juan Pablo y Manuela llegaron a Argentina para refugiarse porque en Colombia su vida corría peligro.
Henao Vallejos arribó con el nuevo nombre de María Isabel Santos, mientras que Juan Pablo y Manuela pasaron a ser Sebastián y Juana Manuela Marroquín.
En 1999, Henao Vallejos y su hijo mayor fueron detenidos por presunto lavado de dinero, en una causa que generó una conmoción porque los argentinos no sabían que los Escobar vivían en secreto en este país.
Aunque quedaron libres de cargo, ahora, 18 años después, ambos están de nuevo involucrados en un caso en el que se les imputa el mismo delito.
Investigadores argentinos sospechan que la viuda de Escobar y su hijo fungieron como intermediarios para que el narcotraficante José Bayron Piedrahita Ceballos lavara entre 10 y 15 millones de dólares a través de operaciones inmobiliarias en una localidad de la provincia de Buenos Aires.
Piedrahita Ceballos fue detenido a finales de septiembre pasado en Colombia, pero enfrenta un proceso de extradición a Estados Unidos, en donde está acusado de haber lavado dinero de los cárteles de Cali, Norte del Valle y la Oficina de Envigado.
La detención formó parte de una investigación conjunta entre Argentina, Colombia y Estados Unidos que destapó parte de las operaciones de narcos en Buenos Aires y que incluyó allanamientos en uno de los cafés más tradicionales de esta capital.
En ese operativo, la Policía encontró documentos en los que se establece una comisión del 4.5 por ciento a la viuda de Escobar y a su hijo por los negocios inmobiliarios de Piedrahita Ceballos.