"Siempre corro por parques porque si vas por la carretera los conductores se enfadan bastante; en la acera molestas a los peatones y, aunque hay carril bici, si los utilizas, los ciclistas también se enfadan; o sea que lo mejor es ir por parques, y por suerte hay bastantes opciones para elegir y correr perfectamente", relató a Efe Sergi Posada, residente en Bruselas y corredor habitual.
Según un estudio de la Universidad de Lovaina, en la Unión Europea (UE) hay más de 50 millones de corredores -más de un 10 % de la población-, una cifra que ha ido en aumento en los últimos 30 años en los que correr se ha convertido en una de las actividades de ocio físico más populares en Europa.
Así, esta "fiebre por la carrera" que transcurre por el espacio urbano y especialmente por las zonas verdes, ha tenido su impacto en las instituciones, y muchas ciudades como Bruselas se han puesto manos a la obra para "repensar" las ciudades desde el punto de vista de los corredores.
UNA TENDENCIA GLOBAL
Este es el caso del servicio de proyectos urbanísticos Perspectiva Bruselas, que fue designado tras una resolución parlamentaria aprobada antes de la pandemia para implementar un mapa que ofrece a los corredores rutas que conectan los diferentes espacios verdes de la ciudad en colaboración con expertos en la materia y diferentes actores públicos.
"Digamos que nace de un deseo de la región de Bruselas por posicionarse como lo están haciendo otras grandes ciudades europeas también a nivel mundial como una ciudad que se interesa por el 'running'", explicó a Efe Augustin Habra, director de proyecto de la sección de deporte de Perspectiva Bruselas.
A través de una encuesta a más de mil corredores y del análisis de los datos de aplicaciones para correr, esta iniciativa concluyó que la mayoría de deportistas aprovechaba la infraestructura verde de la ciudad para sus carreras y conectaba un punto con otro a través de sus trayectos de forma completamente autónoma, por lo que desde el proyecto decidieron incentivar esas "rutas verdes".
De esta manera, esta iniciativa propone 13 conexiones urbanas que, por un lado, vinculan el norte, el sur, el este y el oeste de la ciudad y conectan los diferentes parques (como el parque Leopoldo o el del Cincuentenario) y bosques (como el de la Cambre o el de Soignes) de Bruselas con los dos ejes estructurales: el canal que atraviesa la ciudad y el Paseo Verde, un camino para ciclistas y peatones de más de 60 kilómetros por zonas verdes de la región.
En un momento en el que la crisis sanitaria asola el mundo y gran parte de los centros e instalaciones deportivas se encuentran cerrados, Habra defiende que es el momento de apostar por la adaptación de las zonas verdes y los espacios urbanos a este tipo de actividades.
"Creemos que es particularmente importante trabajar en esto, ya que ayuda a mantenerse en forma, y es un deporte que no requiere mucha infraestructura, sino que se puede practicar de forma bastante flexible, no es peligroso en términos sanitarios y no deja una gran huella de carbono: de esta manera, es un deporte que el día de mañana en una ciudad resiliente puede generar interés", concluyó Habra.
Además, esta iniciativa pondrá en marcha a lo largo del primer semestre de este año una "caja de herramientas" a los planificadores de espacios públicos para facilitar y adaptar la ciudad a esta prácticas (arreglar las aceras, reajustar los tiempos de los semáforos para priorizar al peatón, etc.), unas medidas con las que Bruselas quiere potenciar esta idea de que "la ciudad del futuro" es mucho más amable para los corredores.