El correspondiente documento fue publicado en el portal oficial de información legal del Gobierno ruso.
Esta ley fue propuesta tras el escándalo de la "cárcel de ballenas", donde se encontraban retenidas casi un centenar de orcas y belugas, desatado a principios de 2019 y que se convirtió en un grave problema de imagen para Putin, que siempre se había declarado un firme defensor de los animales.
Tras múltiples protestas de los ecologistas, que se oponen categóricamente al uso de estos animales con fines recreativos, las autoridades rusas tomaron cartas en el asunto y liberaron las 87 belugas, 11 orcas y 5 crías de morsa cautivas.