El material puede ser repuesto con facilidad y podría ser útil en situaciones de combate o de bajos recursos médicos, señalaron los autores, procedentes de Estados Unidos y Brasil, en la revista especializada Science Translational Medicine.
Basado en un polímero bioestable, el pegamento bajo una cierta temperatura es líquido y con el calor se solidifica.
Para demostrar su efectividad, este reparador fue probado en conejos, en cuyos ojos el adhesivo respondió recuperando la presión intraocular al 90 por ciento del valor mínimo común.
El tratamiento, que no es tóxico, tiene una duración desde su implementación de un mes.