Falta de agua amenaza con aumentar tensión entre naciones: legisladores del G20

En el mundo viven 700 millones de personas sin acceso al agua y el Cambio Climático amenaza con provocar más sequía en diversas regiones, lo que a su vez aumenta el riesgo de tensión entre las naciones en búsqueda del  líquido vital, advirtieron legisladores participantes en el IV Foro de Presidentes de Parlamentos del G20.

Ante ello, la presidenta de la Comisión de Cambio Climático en el Senado mexicano, Ninfa Salinas Sada, destacó que no se pueden postergar más los compromisos asumidos en el Protocolo de Kioto, en la Mesa sobre Legislación para el Cambio Climático, una Economía Verde y Administración del Agua Para el Desarrollo Industrial, la Seguridad Alimentaria y la Generación de Energía.

“El año pasado –recordó- la COP 18, sorprendió al mundo con la llamada Puerta Climática de Doha, que autoriza otra prorroga más, ahora de 8 años para el cumplimiento de los compromisos plasmados en el Protocolo de Kioto... De no haber sido por esa salida, Kioto habría expirado a finales del 2012… Se debe cambiar esta dinámica, concentrémonos en lo que podemos hacer unidos. Afrontar el cambio climático genera oportunidades”.

Reconoció que “las soluciones no son fáciles, pero están a nuestro alcance”, al tiempo de reprochar la resistencia de naciones desarrolladas para cumplir los compromisos, pues “los escasos avances en las negociaciones parecieran indicar que tenemos más temor de las medidas que debemos implementar, que del cambio climático mismo”.

En su turno, la senadora María Elena Barrera Tapia destacó que los estudios internacionales apuntan que el calentamiento de la tierra puede incrementar las pérdidas mundiales por alteraciones en el ecosistema de 5 a más del 20 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial.

Ante los daños ambientales y las pérdidas económicas, propuso que el G-20 promueva ante la ONU un grupo de enlace que permita incorporar el cuerpo normativo de enfoque integrado de recursos, bienes y servicios ambientales, que incluya los temas de cambio climático, biodiversidad y desertificación.

Para el senador Óscar Román Rosas González en la búsqueda de reducir los impactos del cambio climático “no caben las divisiones entre países desarrollados y emergentes ni entre economías en desarrollo y las naciones más pobres”, pues es un problema mundial.

Resaltó que la carencia de acuerdos tiene el potencial de desencadenar fenómenos ambientales irreversibles, al referir que mientras la evidencia científica muestra el incremento de la temperatura al mismo tiempo se observa que las presiones económicas que reciben los países obligan a que eleven su consumo de energía y busquen energéticos baratos contrarios a la protección del medio ambiente.

Por su parte, Kazuya Tamaki, integrantes de la Cámara de Consejeros de Japón, refrendó el riesgo de que el aumento poblacional, el desarrollo económico y el cambio climático se espera “una escasez del líquido todavía más seria de la que enfrentamos hoy en día”.

Advirtió, “existe el potencial de que se incrementen las tensiones” por este recurso entre los países que lo comparten a través del subsuelo, ríos y otras fuentes.

Reiteró que a pesar de los esfuerzos para facilitar su acceso, aún existen alrededor de 750 millones de personas en este planeta, en especial en África Subsahariana, que no tienen agua potable.

En lo anterior coincidió el legislador por Sudáfrica Mininwa Jahannes Mahlangui enfatizó que “las poblaciones crecientes y cambio climático llevarán a una escasez del agua mucho más seria de la que enfrentamos hoy en día,  y por lo tanto también existe el potencial de que se incrementen las tensiones en busca de agua entre los países  que comparten recursos”

Ante ello, propuso ampliar los usos sustentables del agua y ampliar los acuerdos internacionales al interior de la ONU, a fin de que sea posible que el G20 concrete soluciones a los cuatro desafíos que enfrentan: Regular el  uso del agua; disminuir el desperdicio y contaminación; fomentar el tratamiento y, finalmente, invertir en tecnología renovable para disminuir el uso del líquido vital.

En su turno, Eduardo Frei Ruiz, del Parlamento de Chile, expuso que  25 por ciento de habitantes carece de tratamiento y saneamiento de agua, lo cual explica por qué el 88 por ciento de la población mundial se vea afectada por enfermedades diarreicas, que causan la muerte de más de 1 millón 600 mil personas al año.

“El futuro de la humanidad se juega una gran medida en las iniciativas que enfrentamos para asegurar la sustentabilidad del agua, en este periodo debemos pasar de la cultura de la  voracidad, del acaparamiento y la especulación, que beneficia a unos pocos, a enseñar a compartir para que el beneficio sea colectivo”, puntualizó el mandatario chileno.

El parlamentario Mansour Alcaraidee de Arabia Saudita comentó que la demanda de agua se incrementará por el aumento de la población y la producción animal, “se calcula que la población se incrementará de 6 mil 900 millones en el 2010 a 8 mil 300 millones en el año 2030 y 9 mil 100 millones en 2050”.

“Es difícil determinar la demanda futura a la luz de este crecimiento, por lo que tenemos que tener esfuerzos concertados para administrar los recursos del agua para lograr seguridad alimentaria y evitar la pobreza y la indigencia que causarían eventualmente alteraciones sociales e inseguridad global”, advirtió.

A su vez, el presidente de la Asamblea  Nacional de Corea, Kang Chang-Hee aseguró, en el marco de la Mesa sobre Legislación para el Cambio Climático, que “el crecimiento verde es el nuevo paradigma para tener un mejor futuro y para el desarrollo nacional”.

Señaló que algunas veces, la visión ha sido alterada por un argumento negativo en el sentido de que el crecimiento económico y la conservación del entorno no pueden ir mano con mano; sin embargo, las políticas de crecimiento verde de Corea fueron iniciadas desde la idea muy innovadora de que no únicamente la protección ambiental y crecimiento verde pueden verse sino que estos también pueden crear sinergias.

Jorge Pizarro Soto, presidente del Senado chileno, se pronunció por impulsar una alianza mundial de parlamentos para incentivar a los gobiernos a priorizar la adaptación de un modelo de producción que reduzca causas y efectos del cambio climático.

En opinión de la parlamentaria argentina, Miriam Graciela Gallardo, ningún país se puede eximir de la responsabilidad de trabajar por un mundo sustentable y “no habrá un medio ambiente sano, mientras haya franjas numerosas de la población global sumida en la más extrema pobreza”.