México, puntualizó, se encuentra ante una posibilidad muy importante que se deriva de por lo menos tres factores como lo son el cumplimiento de las nuevas reglas de origen del T-MEC, la relocalización de cadenas de producción extranjeras de algunos suministros para el armado de automotores nuevos en Norteamérica y el impacto de los incentivos que ofrecerá Estados Unidos a la adquisición de vehículos eléctricos.
“Los flujos fiscales que está motivando Estados Unidos para ser líderes en electromovilidad y la decisión de su Congreso de incluir a las unidades ensambladas en Canadá y México para los beneficios fiscales de hasta 12 mil 500 dólares por vehículo para los consumidores estadounidenses es fundamental para explicar la decisión de Tesla y lo serán también para otras que en en breve seguramente se conocerán”, puntualizó.
El presidente ejecutivo de la AMDA afirmó que la falta de planeación estratégica a nivel nacional, la insuficiencia en la infraestructura para hacer frente a estas oportunidades de inversión son retos que se tienen que atender de manera urgente.