La doctora en ciencias, Elizabeth Durán Campos, explicó que "El Niño" perturba los patrones de lluvia y provoca sequías e inundaciones debido al calentamiento anormal de las aguas.
“Del lado de Sinaloa estaba ausente el proceso que puede llevar agua fría y rica en nutrimiento y subir así la producción de fitoplancton, porque el agua era demasiado cálida. Si el agua está caliente no se da el cambio de densidad, entonces no sube el agua fría y no nos da una alta producción, no se fertiliza la zona”, señaló.
En entrevista para el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, la especialista añadió que el origen de la disminución del fitoplancton fueron los cambios que ocasionó el llamado “Año Godzilla” de “El Niño”, en 2015.
“Se llamó ‘Año Godzilla’ porque fue un mega ‘Niño’, fue impresionante el efecto que se vio, y duró mucho, porque por lo regular ‘El Niño’ no dura más de tres o cuatro meses y en ese caso duró el año completo y todavía vimos las remanencias en el 2016. Desde 1998 no se presentaba un fenómeno tan fuerte de éste”, apuntó.
Durán Campos expuso que una de las consecuencias de no tener suficiente fitoplancton es la afectación que provoca en la cadena trófica.
“Lo principal es que no hay comida para el zooplancton y al bajar el zooplancton, baja la producción biológica, tenemos un descenso en los peces, pues no tienen comida”, afirmó la integrante del Sistema Nacional de Investigadores.
De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua, “El Niño” es un patrón oceánico-atmosférico de variabilidad natural que se presenta a lo largo del Pacífico ecuatorial y se caracteriza por la variabilidad de la temperatura superficial del océano, por la circulación de los vientos alisios y la profundidad de la termoclina o capa de mezcla.