El encuentro de dos días que comienza este sábado concluirá con la firma de la "Declaración Hokkaido-Sapporo", que propone trabajar con el sector privado con el fin de introducir nuevas tecnologías y combustibles para una "transformación verde", o GX -como lo llama Tokio-, según el primer borrador publicado por medios locales.
"Mañana empieza la reunión del G7 de Medioambiente, donde se hablará de tres crisis: el cambio climático, la pérdida de diversidad y la contaminación medioambiental, incluido el problema de plástico en los océanos", explicó este viernes el portavoz gubernamental japonés, Hirokazu Matsuno, en una rueda de prensa.
Según Matsuno, el Ejecutivo nipón quiere aprovechar su presidencia de turno para "tomar liderazgo y mostrar su compromiso y el del grupo en los temas del cambio climático, la energía y los problemas medioambientales".
El documento propone el uso de tecnologías como sistemas de captura de C02, de reutilización y almacenamiento de dióxido de carbono, combustibles sintéticos e hidrógeno o la combustión conjunta de amoníaco y carbón para reducir emisiones.
En este sentido, Japón planea presentar su proyecto Rapidus -un nuevo consorcio nipón de desarrollo y producción de semiconductores- como un ejemplo de cooperación con el sector privado para la producción en masa de semiconductores y con el foco en la construcción de fábricas que utilicen energías renovables.
El texto también supone un compromiso con el Acuerdo de París y el límite de calentamiento acordado en 1.5 ˚C para 2035, con los diferentes países del grupo de los 7 adoptando sus propias metas de acuerdo a esta cifra y "pidiendo a otros países que se alineen con la misma".
Además de la declaración conjunta, el Gobierno japonés también podría proponer un plan de acción para garantizar el suministro estable de minerales esenciales para la producción de baterías de vehículos eléctricos y alcanzar un acuerdo con los diferentes países con respecto al mismo.
JAPÓN, OBSTÁCULO EN LAS NEGOCIACIONES
La reunión contará con la presencia de los ministros de Medioambiente y Energía del G7 -formado por Japón, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido, Canadá y Estados Unidos-, y de la parte del anfitrión: el ministro de Economía, Comercio e Industria, Yasutoshi Nishimura, y el ministro de Medioambiente, Akihiro Nishimura.
Además también participarán tres países invitados: India, Indonesia y Emiratos Árabes Unidos y varias organizaciones como la ONU, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), o la Agencia Internacional de la Energía (AIE), entre otras.
Los comisarios de Energía de la Unión Europea, Kadri Simson, y de Medioambiente, Virginijus Sinkevičius, también se desplazarán a Sapporo para la reunión de ministros, además de varias reuniones bilaterales a partir de este viernes.
Japón, anfitrión del encuentro, sería, sin embargo, uno de los escollos en las negociaciones entre estos países, con una postura mucho más cautelosa que la adoptada en la última reunión de este tipo celebrada el verano pasado cuando la presidencia de turno la ocupaba Alemania.
En ese momento, los líderes del G7 acordaron lograr un "sector eléctrico total o predominantemente descarbonizado para 2035", sin embargo, algunas de las medidas propuestas por el Ejecutivo del japonés Fumio Kishida para este encuentro, como la aprobación de inversiones en el sector del gas natural, van a contracorriente de las recomendaciones de la AIE.
Kishida justifica estas medidas con el fin de garantizar la seguridad energética tras la invasión rusa de Ucrania, pero ha recibido críticas del sector público y privado local e internacional por lo que consideran un compromiso "poco ambicioso".