Llamada FINLAC, apoyará a gobiernos y empresas y promoverá la innovación en el desarrollo e implementación de políticas, reformas y prácticas para crear mercados financieros inclusivos, indicó el BID en un comunicado.
El banco destaca que América Latina y el Caribe es una de las regiones más desatendidas en materia de servicios financieros.
Cerca de un 27 % de las personas mayores de 15 años están excluidas de servicios financieros formales, por ejemplo, frente al 3 % en los países de altos ingresos.
Asimismo, solo tres de cada diez personas de 15 años o más han obtenido un préstamo de una entidad financiera en el último año, frente a tres de cada cinco en naciones de ingresos altos.
Entre el público vulnerable se incluyen las comunidades rurales, indígenas y afrodescendientes, las mujeres, los migrantes, las personas de la tercera edad y las micro y pequeñas empresas.
FINLAC busca promover la transformación digital, mejorar los ecosistemas de pago para facilitar las transacciones minoristas rápidas y permitir el intercambio "responsable y consentido" de datos financieros.
La iniciativa colabora ya con el sector público y el privado, como MasterCard, Amazon o el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), en línea con su objetivo de impulsar esa inclusión mediante las asociaciones público-privadas, el conocimiento y las inversiones.
El organismo reconoce que hay grandes retos para implementar en la región sistemas de pagos modernos, universales e inclusivos.
Eso pese a que, según el indicador Global Findex (2021), el envío y recepción de pagos digitales allí registró un crecimiento significativo post pandemia y pasó de un 47 % en 2014 a un 70 % en 2021, por encima del promedio en países emergentes, donde se elevó del 35 % al 57 %.
El porcentaje de población adulta que hace pagos digitales oscila en Latinoamérica y el Caribe entre el 22 y el 70 %. Los países con las cifras más bajas son Bolivia (22 %) y Colombia (30 %), mientras que en el otro extremo están Brasil (61 %) y Chile (70 %).