Blinken: Nueva Zelanda tiene las "puertas abiertas" para unirse al pacto AUKUS

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, aseguró este jueves que Nueva Zelanda tiene "las puertas abiertas" para unirse al pacto de seguridad AUKUS, mientras el Ejecutivo de Wellington mantiene su linea roja contra la proliferación de armamento nuclear.

El AUKUS, formado en 2021 por Australia, Reino Unido y Estados Unidos, tiene por objetivo contrarrestar la creciente influencia de China en el Indopacífico e incluye la adquisición y desarrollo de submarinos de propulsión nuclear para el país oceánico.

Nueva Zelanda tiene "las puertas muy abiertas" si "considera oportuno" unirse en el futuro al AUKUS (por las siglas en inglés de los tres países socios), remarcó Blinken en Wellington durante una rueda de prensa conjunta con la ministra neozelandesa de Exteriores, Nanaia Mahuta.

Una oferta que Nueva Zelanda estudia desde marzo para adherirse solo de manera parcial en temas no nucleares.

"Nueva Zelanda no está dispuesta a comprometer o cambiar nuestra posición libre de armas nucleares", recalcó hoy Mahuta.

Blinken, quien también se reunió con el primer ministro, Chris Hipkins, recordó que Nueva Zelanda "es un socio de profunda confianza" con el que trabaja en cuestiones de seguridad, en referencia a la alianza de Inteligencia "Cinco Ojos", que ambas naciones integran junto a Australia, Canadá y Reino Unido.

Las declaraciones de Blinken, dentro de una gira por Oceanía que lo llevó la víspera a Tonga y mañana visitará Australia, se dan en un contexto de intensa competencia entre Washington y Pekín en la estratégica región del Pacífico.

A pesar de la intención de EE.UU. de sumar al pacto de seguridad a la nación oceánica, esta solo estaría dispuesta a unirse a la parte referida al intercambio de información y tecnología, según afirmó en marzo el ministro de Defensa neozelandés, Andrew Little.

La afiliación al pacto AUKUS es un asunto espinoso para Nueva Zelanda, que mantiene una estricta política antinuclear desde 1987 a raíz del hundimiento -dos años antes- de un barco de la organización ecologista Greenpeace que se encontraba en el puerto de Auckland para protestar por las pruebas nucleares que Francia efectuaba en el Pacífico.