La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió la víspera que el número de casos de fiebre amarilla confirmados triplicó las últimas semanas, unos días después de recomendar a los viajeros internacionales que se vacunen si prevén visitar el estado de Sao Paulo.
El estado está entre los más afectados, junto a Río de Janeiro y Minas Gerais, todos en el sureste, y este martes un zoológico tuvo que ser cerrado al público tras la muerte de monos por causa aparentemente de la fiebre amarilla, que es transmisible del animal a personas por medio de mosquitos.
El gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, dijo que quiere vacunar a todo el estado, unas 45 millones de personas, antes de finales de junio, ante el impacto que podría tener el Carnaval en la expansión del virus, a pesar de que Brasil asegura que no hay transmisión en ciudades, sino solo en zonas rurales.
La advertencia de la OMS creó alerta entre la población, y en algunas regiones de Sao Paulo la policía tuvo que ser desplegada para evitar tumultos en centros de salud y vacunación, pues no hay suficientes vacunas para responder a la demanda.
Con todo, el ministro brasileño de Salud, Ricardo Barros, dijo en una entrevista publicada este martes que “todo está absolutamente dentro de las buenas técnicas” y bajo control, y descartó que haya un brote de fiebre amarilla como el del año pasado, cuando cientos de monos fallecieron por la enfermedad en Sao Paulo, Minas Gerais y Espíritu Santo.