Francia acoge la tercera cumbre para salvar las elecciones en Libia

A un mes y medio de las elecciones presidenciales y legislativas libias, el próximo 24 de diciembre, el presidente francés, Emmanuel Macron, es el anfitrión este viernes de la tercera reunión de alto nivel para intentar que los comicios en el inestable país norteafricano tengan finalmente lugar.

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Paris. EFE/EPA/CHRISTOPHE PETIT TESSON

Después de las dos celebradas en Berlín, la última en junio de este año, Macron busca movilizar a la comunidad internacional para lograr que el país, hundido en una crisis permanente desde el derrocamiento en 2011 del dictador Muamar al Gadafi, tenga una administración estable.

Para alcanzar una solución al rompecabezas libio -el país está fracturado en dos facciones desde 2014 con la implicación de potencias extrajeras como Rusia y Turquía-, Macron ha convocado en la Maison de la Chimie (París) a varias partes implicadas.

Acudirán tanto el líder del Consejo Presidencial transitorio libio, Mohamad al Menfi, como el primer ministro del Gobierno de unidad nacional, Abdelhamid Dbeibah. Ambos han tenido notables desacuerdos.

La reunión, impulsada por Francia y copresidida por Alemania, Italia, la ONU y la propia Libia, contará también con la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, la canciller alemana, Angela Merkel, el presidente de Egipto, Abdelfatah al Sisi, y el jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, entre otros.

Faltará uno de los principales actores en Libia, el mariscal Jalifa Hafter, que lidera un ejecutivo provisional no reconocido por la ONU y que ha estado enfrentado durante años con el Gobierno de unidad que lideraba Mohamad Fayez al Serraj y estaba respaldado por la comunidad internacional.

Esta vez vuelve a enfrentar a las dos facciones la ley electoral para los comicios del 24 de diciembre.

La Cámara de Diputados libia, que quedó desde 2014 bajo la tutela del gobierno Hafter, aprobó en septiembre una nueva ley rechazada de inmediato por el Consejo de Estado, una suerte de Senado creado durante el fallido proceso de paz liderado por Naciones Unidas en Trípoli en 2015.

En medio de estas disputas, la Comisión Suprema Electoral para Libia abrió esta misma semana el plazo para el registro de candidaturas de cara a las presidenciales, las primeras desde la Independencia de Italia en 1951.

MERCENARIOS

Uno de los asuntos que más preocupan a las potencias occidentales, que quieren una Libia estable tanto por su potencial económico (rica en hidrocarburos) como por ser una puerta a Europa para la inmigración irregular, es el de los mercenarios.

Durante los años en los que Hafter extendió su poder en el resto del país y levantó un infructuoso asedio a la capital, Trípoli, incorporó a sus filas a miles de mercenarios sudaneses, chadianos, árabes, europeos, sirios y rusos, y en particular a la Compañía Privada de Seguridad Militar (PSMC) Wagner Group.

Esta empresa, que se asocia con el Kremlin, se hizo famosa y temible en las guerras de Ucrania y Siria.

Por su parte, el Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) sostenido por la ONU en Trípoli se defendió con la ayuda del Ejército turco y con miles de mercenarios sirios reclutados por Ankara entre los grupos salafistas de oposición a la dictadura de Bachar al Asad.

"Queremos trabajar con un plan de retirada (de los mercenarios) realista, gradual y concomitante", señalan fuentes del Elíseo sobre los compromisos que pretenden alcanzar este viernes.