“Es un instrumento inadecuado para lidiar con el problema. La migración no debe ser tratada como cuestión global, sino de acuerdo con la realidad y la soberanía de cada país”, dijo Araújo en su cuenta de la red social Twitter.
En el marco de la Conferencia de Marrakech, que se celebra esta semana y está presidida por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, decenas de naciones se comprometieron a colaborar para mitigar los problemas que causan los movimientos migratorios.
Brasil, que enfrenta una oleada migratoria procedente de Venezuela, indicó que endurecería su posición respecto a la llegada de decenas de miles de refugiados de ese país azotado por una crisis política y económica.
“Brasil buscará un marco regulatorio compatible con la realidad nacional y con el bienestar de brasileños y extranjeros. En el caso de los venezolanos que huyen del régimen de Nicolás Maduro, continuaremos a acogerlos, pero lo fundamental es trabajar por la restauración de la democracia en Venezuela”, agregó Araújo, quien asumirá el 1 de enero de 2019 como canciller de Brasil.
El actual ministro de Relaciones Exteriores, Aloysio Nunes, que se encuentra en Marruecos, donde se firmó el acuerdo, criticó la decisión.
“Creo que no es bueno. Brasil tiene todo para ejercer un liderazgo positivo en esa cuestión”, aseveró.
