Conforme al servicio de emergencias del estado de Queensland, por donde golpeó Jasper, durante la jornada de ayer recibieron alrededor de 850 llamadas, la mayoría por caídas de árboles e inundaciones menores, y tuvieron que evacuar a ocho personas.
El ciclón, que tocó tierra en la tarde del miércoles con categoría 2 en las proximidades de la remota comunidad aborigen de Wujal Wujal, perdió fuerza hasta convertirse en tormenta mientras se espera que abandone el territorio el viernes y salga al Golfo de Carpentaria, donde podría volver a aumentar de intensidad.
El vicegobernador regional, Steven Miles, indicó en rueda de prensa que ha activado los fondos de recuperación en ciudades como Port Douglas y Cairns afectadas por Jasper, que dejó unas 40,000 casas y negocios sin electricidad.
Miles indicó que también permanecen atentos ante la amenaza de riadas en varios puntos de la región.
Si bien los ciclones de gran poder no son comunes en Australia, cada cierto tiempo alguno golpea el norte del país oceánico, como el ciclón Yasi, de categoría cinco, que arrasó el estado nororiental de Queensland en febrero de 2011, y dejó un muerto y cuantiosos daños.