De raíces indias, el escritor se propone en "El hombre de Calcuta" (editorial Salamandra) narrar la "verdad" sobre el Raj británico despojándose del romanticismo con el que cree que se ha contado siempre el pasado imperialista.
"No quería mirar a esa época a través de las lentes de 'Downton Abbey' que los británicos hemos puesto a toda nuestra historia", comenta a Efe Mukherjee, convencido de que la visión india también peca de "idealizada".
Con el objetivo de pergeñar un telón de fondo "realista" y de deconstruir el estereotipo de la India de Bollywood, el autor, invitado de cabecera del festival BCNegra de Barcelona (España), explica que se decantó por escribir novela negra por el tradicional arraigo del género a la crítica social.
"Ir matando a gente a lo largo del camino es una buena manera de reivindicar alguna causa, ¿no?", bromea el autor, "fan" de la ficción escocesa Tartan noir y de nombres como Philip Kerr o Martin Cruz Smith, padres de "personajes buenos que forman parte de un sistema corrupto en el que no creen".
DE SCOTLAND YARD A CALCUTA
Con esta idea en mente, Mukherjee da vida en "El hombre de Calcuta", primera entrega de una serie que consta ya de cuatro novelas, al capitán Sam Wyndham, un veterano de la Primera Guerra Mundial con experiencia en Scotland Yard que desembarca en la India para ejercer de inspector de policía.
Wyndham encuentra su primer caso en la negrura de un callejón de mala muerte, donde aparece el cadáver de un alto funcionario de la administración colonial con un papel en la boca que insta a los británicos a abandonar el país.
Con la ayuda del sargento Banerjee, el inspector deberá resolver el misterio luchando contra fantasmas del pasado y ante la mirada de un agrietado poder británico que empieza a dar pasos agigantados hacia su ocaso en la India.
Mukherjee reconoce que resulta "más fácil" para él escribir este libro que para un autor blanco británico porque, dados sus orígenes, no ve la "necesidad de disculparse" ante la sociedad india.
"Yo muestro el racismo que había en ambos lados, no solamente en el inglés, porque en el bando indio también había discriminación contra los ciudadanos anglo-indios", remarca.
Para escribir sobre conflictos sociales, Mukherjee confiesa que deja que su "humor negro" de Glasgow, localidad escocesa donde se crió, impregne las páginas de la novela y escape a través de los ojos "cínicos" del protagonista.
"Aunque Wyndham es inglés -apunta el autor-, tiene un sentido del humor muy de Glasgow que se encuentra también en cualquier lugar con clase trabajadora, donde se utilizan estas bromas para sobrevivir a las adversidades de la vida".
RETÓRICA ANTI-INMIGRANTES
Según Mukherjee, el libro aúna las "hipocresías" de británicos e indios por igual, aunque no tiene reparos en ahondar en la evidente "superioridad moral" que calaba las relaciones de los colonos con los nativos.
Una lacra que el escritor asegura que ya no existe como tal en la sociedad actual, aunque sí cree que predomina una "retórica anti-inmigrante" estrechamente relacionada con el "miedo" y el "populismo".
"Ciudadanos blancos de clase trabajadora que sentían que habían ganado su espacio social están sufriendo de nuevo desigualdades, y a la vez que pierden su red de seguridad, ven que gente considerada inferior a ellos está adquiriendo más igualdad, y eso conduce al miedo", señala Mukherjee.
Y concreta: "Mientras que en Italia, Polonia o Hungría ese miedo se dirige contra los inmigrantes, en el Reino Unido se centra contra los nacionales de la Unión Europea que llegan al país".
Mirando al futuro, el autor "cruza los dedos" para poder ver en la pantalla las andaduras de Wyndham. De momento, una productora americana ha adquirido los derechos de autor del proyecto, al que ya se ha sumado el actor Kunal Nayyar, de 'The Big Bang Theory', con la ambición de encarnar a Banerjee.