La aplicación de “agua destilada” en lugar de quimioterapias es un acto gravísimo, porque se atenta contra la vida, la salud y la recuperación de niños que padecen cáncer. Estas afectaciones habrían violado los derechos de niñas, niños y adolescentes, provocando fallecimientos, que de evidenciarse una acción sistemática, habrá de atenderse como un acto de lesa humanidad.
La Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer (AMANC) había señalado reiteradamente, en medios locales y en sesiones de trabajo a nivel federal, las deficiencias en el sector salud durante la gestión del ex mandatario Javier Duarte de Ochoa, todas referentes a la falta de medicamentos y de infraestructura médica en las unidades acreditadas en la entidad para atender a niños y adolescentes con cáncer.
El uso de medicamentos caducos o el descuido para que venciera su vida útil es otra demostración del desinterés y abandono en el que los pacientes debían recibir sus tratamientos. Tampoco basta con señalar las deficiencias.
Exigimos, como institución con 35 años de servicio en la Ciudad de México y con 12 años de labor directa a través de AMANC-VERACRUZ, que las investigaciones lleguen hasta sus últimas consecuencias y que esta penosa situación acelere el mejoramiento de las condiciones de atención de todos los niños y adolescentes con cáncer en el país.
El cáncer sigue siendo la primera causa de muerte por enfermedad en menores de 18 años de edad y el nivel de sobrevida (51% de los casos) acusa un rezago de 40 años frente a otras naciones.