Las estrellas masivas, por lo general más grandes que el Sol, tienen una vida breve y turbulenta, en la cual consumen rápido su combustible nuclear, para después expulsar grandes cantidades de material al exterior.
La intensidad de los vientos estelares pueden trasladar en un mes el equivalente a la masa de la Tierra y desplazarse millones de kilómetros por hora, por lo que cuando dos de ellos chocan, se liberan grandes cantidades de energía.
La colisión cósmica calienta el gas a millones de grados, lo cual provoca que brille de manera intensa en rayos X, destacó la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés).
De forma regular los vientos en colisión cambian poco, porque no lo hacen ni las estrellas ni sus órbitas. Sin embargo, algunas estrellas masivas muestran un comportamiento extraordinario.
Lo anterior según la ESA responde el caso del HD 5980, un par de dos estrellas gigantes cada una con una masa 60 veces mayor a la de nuestro Sol, mismas que están separadas por tan solo mil millones de kilómetros, distancia más corta entre la Tierra y su estrella.
En 2007, Yael Nazé, de la Universidad de Lieja, Bélgica, y sus colegas hallaron la colisión de vientos de dichas estrellas gracias a las observaciones hechas entre 2000 y 2005 por los telescopios de rayos X XMM-Newton, de la ESA.
Así como, el Chandra, de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés). En 2016, los científicos volvieron a observarlos con el instrumento de la Agencia Espacial Europea.
“Esperábamos que HD 5980 se fuera apagando con los años a medida que la estrella volvía a la normalidad pero, para nuestra sorpresa, ha hecho justo lo contrario”, indicó Yael.
El grupo de especialistas descubrió que el par de astros era 2.5 veces más brillante que hace 10 años. Además, su emisión de rayos X era más energética, algo nunca antes visto en una colisión entre vientos, según el científico.
“Cuando los vientos estelares colisionan, el material afectado libera gran cantidad de rayos X. No obstante, si la materia caliente irradia demasiada luz, se enfría rápidamente, el choque resulta inestable y la emisión de rayos X se atenúa”, explicó.
Los resultados son las primeras observaciones que apoyan este escenario, que hasta el momento era una hipótesis. El siguiente paso será probar el nuevo resultado de forma detallada mediante simulaciones por ordenador.