Dan a conocer avances sobre uso de ornamentos en Sonora

Los avances de investigación sobre el uso de ornamentos de concha en los primeros agricultores del desierto de Sonora (norte de México) fueron presentados en el ciclo de conferencias tardes de CafeINAH, en el Museo Regional de Sonora.

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La arqueóloga Elisa Villalpando Canchola habló sobre el pueblo prehispánico Cerro de Trincheras: un centro rector tan importante como Paquimé en Chihuahua, construido en la ladera de un cerro de 170 metros de altura.

En la cima se encuentra un espacio abierto, delimitado por muros de más de metro y medio de altura colocados en forma de espiral: semejante a la concha de un caracol seccionado, de acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Una de las líneas de análisis propone que se trata de un centro de distribución especializado en la manufactura e intercambio de concha trabajada.

En 25 años de investigación, arqueólogos del INAH y la Universidad de Binghamton (Estados Unidos)  han recuperado tan sólo en Cerro de Trincheras más de siete kilogramos de concha marina trabajada, correspondiente a 52 géneros y 69 especies procedentes del Golfo de California.

Los habitantes de Cerro de Trincheras produjeron gran cantidad de ornamentos de ese material marino hace 600 años, aunque la tradición entre los pueblos del desierto sonorense viene de tiempos más lejanos, probablemente desde el periodo Arcaico, hace unos cuatro mil 800 años.

Los géneros más comunes son Glycymeris (54%) y Connus (26%), con los cuales se elaboraron cuentas, anillos y brazaletes decorados con hermosos grabados de motivos geométricos.

Villalpando Canchola, co-directora del proyecto de investigación en Cerro de Trincheras y La Playa, dijo que las conchas no sólo han servido como fuente de alimento, sino su uso ornamental ha sido importante marcador de estatus social, identidad grupal, incluso de género, edad y relaciones entre diferentes grupos.

La arqueóloga ha estudiado dos grandes conjuntos de materiales arqueozoológicos: uno procedente de las comunidades Trincheras y su centro rector Cerro de Trincheras, que datan de 1300-1450 de nuestra era, y otro recuperado en La Playa, sitio prehispánico, más antiguo que Trincheras.

Ambos están asentados en el área del desierto de Altar y el valle del río Magdalena, al noroeste del estado de Sonora.

Los aros como brazaletes se convirtieron en uno de los elementos comunes a todas las sociedades prehispánicas del noroeste de México y suroeste de Estados Unidos, y su producción es evidente en varios sitios arqueológicos de ambos países y con diferentes tecnologías.

La investigadora advirtió que los aros más sofisticados fueron logrados por los grupos Hohokam, establecidos en el desierto de Arizona, y las comunidades Trincheras de Sonora.

Fuente: Notimex