Estudian dinámica sexual en prisión para comprender relaciones de género

Con el fin de ampliar la comprensión sobre la sexualidad y las relaciones de género en el contexto carcelario en México, la psicóloga social Velvet Romero García, del Colegio de México, realizó un estudio sobre la dinámica sexual en reclusión.

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Esta investigación, efectuada desde la perspectiva sociológica y de género, muestra que la dinámica de la prisión crea nuevas formas de ejercicio de la sexualidad, fractura el orden sexual, inventa nuevos usos del cuerpo, desafía las normas morales y se adapta a nuevas formas de vulnerabilidad.

En su trabajo doctoral “Sexualidades recluidas. Deseos clandestinos. Género, sexualidad, violencia y agencia en situación de reclusión”, la investigadora parte del supuesto que existen dos regímenes de ejercicio de la sexualidad en situación de reclusión.

Uno es el que está estipulado dentro de las normas institucionales (a través de las reglas de la visita conyugal) y otro paralelo que se gesta fuera de éste y que se regula a partir de jerarquías carcelarias, prácticas informales del personal de custodia y administrativo, entre otras.

A diferencia de los hombres heterosexuales que permanecen en reclusión, quienes tienen menos posibilidades de ser atacados sexualmente por otros hombres, las mujeres pueden ser objeto de violencia sexual por parte de custodios, custodias, internos, internas o personal de área; por tanto, la prisión representa un gran riesgo de agresión sexual para los hombres no heterosexuales, las mujeres internas y las visitantes.

En la mayoría de los trabajos, la sexualidad de las personas en reclusión ha sido estudiada, sin considerar su pasado, experiencias y recuerdos, los cuales marcan la forma en que la sexualidad es concebida y significada antes y durante la reclusión, indicó la Academia Mexicana de Ciencias en un comunicado.

Analizar la historia o trayectoria sexual de los sujetos que permanecen en prisión ha sido objeto de investigación de Velvet Romero García, doctora en ciencia social con especialidad en sociología.

“Estas normas informales y las del régimen institucional establecen con quién, cómo, cuándo y dónde los sujetos pueden ejercer su sexualidad, de tal manera que estos dos regímenes opuestos comparten una función regulatoria:
mantener o garantizar cierto orden al interior del reclusorio”, destaca Romero García, quien realizó este proyecto en cinco años.

Se divide en dos partes, la primera se centra en la sexualidad de hombres y mujeres fuera de los límites carcelarios, mientras que la segunda aborda las prácticas sexuales dentro de reclusión, explicó la ganadora de uno de los Premios de la Academia a las mejores tesis de doctorado en Ciencias Sociales y Humanidades 2017, que otorga la Academia Mexicana de Ciencias.

El estudio se llevó a cabo en el Centro de Prevención y Readaptación Social de Ecatepec, mejor conocido como “Chiconautla”, por estar localizado en el cerro del mismo nombre.

Respecto al trabajo de campo, éste se conformó de dos etapas; una que duró nueve meses y medio y tuvo lugar dentro del penal, mientras que la otra fue de dos meses y se realizó fuera de él.

Romero García recurrió a distintas fuentes de información: las primarias, que se basaron en los relatos de vida obtenidos a través de entrevistas a personas en situación de reclusión —17 hombres y 12 mujeres— y de la parte etnográfica que quedó registrada en un diario de campo.

Entre las conclusiones de este trabajo de investigación resalta que a pesar de que los hombres y las mujeres que formaron parte del estudio provenían de contextos marginales similares, la condición de género es la que determinó, en gran medida, las formas de utilizar y vivir su sexualidad.

Fuente: Notimex