También conocida como transferencia de ADN mitocondrial, esta técnica de fertilización in vitro incluye la sustitución de una pequeña cantidad de ADN defectuoso del óvulo de la madre por el ADN de otra mujer. El bebé nacido con este procedimiento tendría el ADN de dos mujeres y de un hombre.
Con esta técnica se conseguirá que no se transmitan defectos genéticos que causan graves enfermedades hereditarias o imposibilitan el parto.
Tras el debate parlamentario, 382 diputados votaron a favor de utilizar la tecnología, frente a 128 que se pronunciaron en contra. La apliación de la técnica sólo estará permitida para progenitores en los que se haya demostrado la existencia de un gen defectuoso, actualmente unas pocas decenas de parejas británicas.
El primer ministro, David Cameron, fue uno de los que apoyó la legalización de esta tecnología reproductiva. Los defensores de este método señalan que las mitocondrias -que se encuentran fuera del núcleo celular- no contienen información genética determinante para el carácter.
Sin embargo, algunos líderes religiosos y detractores de esta tecnología afirman que podría abrir la puerta a modificaciones de ADN más amplias en los embriones.
El asesor de la Iglesia de Inglaterra para ética médica, Brendan McCarthy, aseguró que los científicos necesitan más investigaciones antes de cruzar el "punto de infléxión ético" que supondría esta tecnología. (DPA)