Alemania cubre un 38 por ciento de sus necesidades de gas con el suministro procedente de Rusia, y a nivel europeo las importaciones de gas ruso ascienden a un 30 por ciento.
A principios de mayo, los ministros de Energía del G7 resolvieron en Roma un plan de doce puntos, que contempla las siguientes ideas:
- Nuevas rutas y caminos de transporte: El gasoducto transadriático proveerá de gas a Europa desde Azerbaiyán a partir de 2019. Más puntos de ingreso y ductos en la UE contribuirán a que los países tengan suministro en el caso de que se corte el que proviene de Rusia.
- Promoción de tecnologías que emitan menos CO2: Algunos estados como Reino Unido reclaman más energía atómica. Alemania propone la ampliación de la energía eólica y el aislamiento de edificios para ahorrar energía.
- Planes de emergencia para estados muy dependientes de Rusia, sobre todo Ucrania: Algunos estados como Polonia quieren reforzar el fracking, que utiliza la fractura hidráulica para extraer gas o petróleo del suelo.
- Creación de un mercado de gas natural licuado (GNL), con terminales en Norteamérica, el Oriente Medio y Europa: Esto es muy costoso y arduo, por lo que pueden faltar inversiones. Ya ahora las terminales de la UE se utilizan sólo en un tercio. (DPA)