"La fuerte calificación de Shell se debe a su posición dominante en los mercados internacionales de petróleo y gas", recalca la agencia, quien destaca que la petrolera continúa llevando a cabo su plan de negocio, dentro del que está poniendo en marcha nuevos proyectos.
Los nuevos proyectos que iniciaron su andadura en 2012 o que lo harán durante los próximos 18-24 meses respaldan la fortaleza de la petrolera, lo que podría permitirle aumentar su producción a cuatro millones de barriles equivalente de petróleo de media en 2017 o 2018.
Durante el año pasado, la producción de petróleo y gas aumentó un 1.5 por ciento respecto a 2011, indica la agencia de calificación.
Fitch apunta a que los ingresos de Shell disminuyeron "ligeramente" en 2012 respecto al año anterior, una tendencia comparable a la de otras grandes compañías petrolíferas internacionales como BP (con calificación 'A' y perspectiva positiva) o Total ('AA'/estable).
"La rentabilidad de Shell ha sido contenida por algunos retrasos de la producción, costes operativos más altos y unas condiciones para el comercio que siguen siendo complicadas en la actual economía global", indicó.
La agencia afirmó que Shell debe continuar pagando sus deudas y consideró que la petrolera podría aún enfrentarse a dificultares en el desapalancamiento de su balance, para devolverlo a un nivel medio de deuda en línea con los datos históricos.
Las ganancias posteriores "exhiben una volatilidad considerable y aumentaron un 24 por ciento en 2012 (...) después de haber bajado un 12 por ciento en el primer trimestre del año", explicó la agencia, que espera que siga habiendo dificultades en los próximos años debido a los bajos márgenes que presenta el sector del refinado en Europa.
