Desde el palacio imperial de Roma hasta las calles de Pompeya, la exposición se arma con más de 200 objetos -algunos de ellos, inéditos en el Reino Unido- para indagar en el ascenso y la caída del último descendiente masculino del legendario emperador Augusto.
Nerón, protagonista de uno de los compases más agitados de la sociedad romana, amaneció en el trono en el año 54, a los 16 años, para estrenar un convulso mandato que conservó hasta que sucumbió a una muerte violenta, al cumplir los 30.
La exposición "Nero: the man behind the myth" ("Nerón: el hombre detrás del mito"), abierta del 27 de mayo al 24 de octubre, examina este breve período en el poder para comprobar, a la luz de nuevas investigaciones y evidencias arqueológicas, qué hay de verdad en la narrativa tradicional que muestra a Nerón como un despiadado matricida megalómano.
Durante su reinado, el emperador ordenó ejecutar a su propia madre, a su primera esposa y, supuestamente, a su segunda mujer, unos crímenes que se suman a la acusación de provocar el gran incendio que asoló Roma en el año 64, según apuntaron algunos historiadores.
En medio de una insurrección militar, Nerón se vio obligado a quitarse la vida y ceder el poder a una nueva élite gobernante que amasó legitimidad a base de vilipendiar al emperador caído, cuya memoria fue eliminada de los registros oficiales por el Senado romano.
La imagen de tirano, creada medio siglo después de la muerte del gobernador, ha germinado en los libros de historia en un relato que contrasta con el "otro" Nerón que presenta la exposición: un líder populista e inexperto a lomos de una gran ola de transformación social que repercutió en toda Europa continental.
FUENTES ALTERNATIVAS
Para desmontar el mito y arrojar luz sobre el verdadero legado de Nerón, la muestra va más allá de las fuentes escritas tradicionales, muy sesgadas por la élite política de la época, que estaba "entrenada para elogiar o vilipendiar según conviniese", explica a Efe Thorsten Opper, comisario de la exposición.
"Documentarse solo con fuentes literarias es como intentar describir las elecciones estadounidenses leyendo solamente tuits de un único candidato; es así de extremo y así de sesgado", asegura el experto.
Por ello, la muestra se basa en objetos de la sociedad de la época, como grafitis de las calles de Roma, máscaras teatrales cedidas por el Museo Arqueológico de Nápoles y armas de gladiadores de Pompeya procedentes del museo Louvre de París.
Una de las piezas más destacadas es una cabeza de bronce de Nerón, hallada en 1907 en el río Alde, en Suffolk (Inglaterra), que comparte foco con otros artículos como monedas romanas republicanas e imperiales, brazaletes militares, varias joyas e incluso unas cadenas usadas por esclavos y recuperadas del fondo de un lago galés siglos después.
Con este repertorio, la exposición ofrece al público la posibilidad de forjarse una nueva idea en torno a Nerón, aclamado por sus políticas populares, sus juegos extravagantes y sus grandes proyectos de construcción, un legado que ahora vuelve a la luz después de siglos sumido en la oscuridad del desprestigio.