Escultura del mestizaje, pieza del mes en el Museo de la Cultura Maya

La escultura en pequeño formato “Gonzalo Guerrero / Quintana Roo, Cuna el Mestizaje” es la pieza del mes en el lobby del Museo de la Cultura Maya, en ocasión de que Gonzalo Guerrero murió el 13 de agosto de 1536, ya plenamente incorporado a la cultura maya.

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Escultura “Gonzalo Guerrero / Quintana Roo, Cuna el Mestizaje”.

La secretaria estatal de Cultura, Lilián Villanueva Chan, comentó que con la exposición de esta pieza escultórica se cumple el propósito del gobernador del Estado, Roberto Borge Angulo, en el sentido de celebrar ampliamente el Año Maya, y también fortalecer la identidad de los quintanarroenses con uno de sus más notables emblemas, el primer mestizaje americano, que tiene resonancia continental.

Efectivamente, la fusión armónica de dos culturas sumamente distintas, representadas por el hispano Gonzalo Guerrero y la noble maya Zazil-Há, fructificada en sus tres hijos, que son los iniciadores de lo que el maestro José Vasconcelos denominó “la raza cósmica”, ha llamado poderosamente la atención de artistas, intelectuales y público en general, ya que ofrece una visión diametralmente opuesta a la que predominó durante mucho tiempo: la de que el mestizo es producto de una herida que no cicatriza.

En literatura, destacan las novelas “Gonzalo Guerrero” de Eugenio Aguirre y “Un sol de oro”, de Javier Fernández Gutiérrez. A su vez, Rosa María Ponzanelli realizó una escultura llamada “Fusión de las Razas” que se puede apreciar en la entrada a la ciudad de Chetumal.

La pintura, por su parte, tiene hasta la fecha numerosas recreaciones de este hecho trascendente para la cultura universal, ya que a través del mestizaje se reconoce la evolución de los pueblos, como ocurrió en la antigua Grecia, como sucedió en la propia España, que durante más de 700 años estuvo ocupada por los árabes, quienes dejaron una profunda huella en la cultura hispana: en su arquitectura,  arte,  idioma, costumbres.

A su vez, en los vestigios arqueológicos de Oxtankah, cercanos a esta ciudad capital, se puede advertir también una especie de convivencia entre los vestigios mayas y los coloniales, lo cual coincide misteriosamente con el hecho de que esta zona (el señorío de Chactemal) fue la Cuna del Mestizaje, representado precisamente por el conquistador español Gonzalo Guerrero y la noble maya Zazil-Há.

Respecto del pensamiento de Vasconcelos en relación a la quinta raza o raza cósmica, es oportuno citar que el “Maestro de la Juventud” escribió: “Las ruinas arquitectónicas de mayas, quechuas y toltecas legendarios, son testimonio de vida civilizada anterior a las más viejas fundaciones de los pueblos del Oriente y de Europa.”

Agrega este pensador y pedagogo que “por fortuna, tal don necesario a la quinta raza (el imperio de la belleza), lo posee en grado subido la gente mestiza del continente iberoamericano; gente para quien la belleza es la razón mayor de toda cosa. Una fina sensibilidad estética y un amor de belleza profunda, ajenos a todo interés bastardo y libre de trabas formales, todo eso es necesario al tercer período impregnado de esteticismo cristiano que sobre la misma fealdad pone el toque redentor de la piedad que enciende un halo alrededor de todo lo creado”.

Redondea este planteamiento la hipótesis, también de Vasconcelos, de que “tenemos, pues, en el continente todos los elementos de la nueva Humanidad; una ley que irá seleccionando factores para la creación de tipos predominantes, ley que operará no conforme a criterio nacional, como tendría que hacerlo una sola raza conquistadora, sino con criterio de universalidad y belleza; y tenemos también el territorio y los recursos naturales.”

A través de esta pieza del mes se puede intuir la profundidad y la trascendencia universalista del primer mestizaje americano, creado a través del amor y la inteligencia.