James volverá con el número 23 cuatro años después a su casa de Cleveland, donde disputó sus siete primeras temporadas en la NBA y de donde que se marchó en 2010 para ganar dos anillos y disputar cuatro finales seguidas con Miami Heat.
"Va a ser un momento especial. Momentos como estos no pasan todos los días", dijo hoy James, al que la misma cancha colmada de 20,000 personas que le aplaudirá mañana antes del partido ante New York Knicks le abucheó la primera vez que volvió a Cleveland con la camiseta de Miami. Según los medios locales, hay fans pagando hasta 1,000 dólares para ver el encuentro.
James, de 29 años y considerado como el mejor jugador de baloncesto del mundo, decidió regresar a su hogar y con ello hace favoritos en la Conferencia Este a los Cavaliers, que atrajeron también a Kevin Love para formar un trío de astros que completa Kyrie Irving.
Horas antes del duelo, Nike destapará un gran cartel gigante en el centro de la ciudad similar al que ya existía y que fue retirado tras su marcha en 2010, incomprendida por muchos fans que hasta quemaron su camiseta.
"No he tenido ni un momento de pensar en lo que he logrado. Continúo viviendo el momento. Creo que cuando deje de jugar seré capaz de mirar atrás y ver un montón de grandes momentos. El de mañana será uno de ellos", dijo James, cuatro veces elegido MVP.
El partido estará precedido por un concierto de Kendrick Lamar y de la banda Imagine Dragons. Cleveland, que no festeja un gran título deportivo desde 1964, vive con ilusión el regreso de James y las posibilidades de los renovados Cavs. (DPA)