El encuentro investigado concluyó con el triunfo 2-1 del Zaragoza, gracias al cual consiguió la permanencia en la máxima categoría del futbol español.
Fue una mañana frenética de entradas y salidas de los implicados en la Fiscalía Anticorrupción de Madrid, a cuyas puertas todos se mostraron esquivos con la prensa.
El primero en aparecer fue Agapito Iglesias, antiguo propietario del Zaragoza, quien prestó declaración durante una hora. A su salida todo lo que dijo fue que se sentía "muy tranquilo".
La misma expresión utilizó el futbolista Gabi, uno de los citados más prominentes, ya que era el capitán del Zaragoza en 2011 y es el actual capitán del Atlético de Madrid, campeón de la Liga española la pasada temporada.
También declararon ante el fiscal futbolistas como Jorge López, Braulio, el uruguayo Carlos Diogo o el serbio Ivan Obradovic. El último jugador en presentar testimonio, y único del Levante, fue el antiguo defensa central Sergio Ballesteros.
Según publican medios españoles, hay más de 30 citados a declarar en la Fiscalía, que mañana seguirá con los interrogatorios.
Los investigadores sospechan que el club zaragocista transfirió a varios de sus jugadores cantidades en torno a los 100,000 euros (unos 125,000 dólares) para que luego ellos se encargaran de entregar el dinero en metálico a los futbolistas del Levante, que en total habrían recibido algo más de un millón.
Según publicó el diario "El Mundo" en su edición online, Gabi admitió haber recibido 85,000 euros del club, aunque aseguró que retiró el dinero de su cuenta y se lo devolvió al entonces propietario sin saber a qué lo destinó.
"Hice lo que Agapito me pidió", dijo el centrocampista al fiscal Alejandro Luzón, según la información.
"Yo creo que los jugadores dicen la verdad", afirmó por su parte el presidente de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), Javier Tebas. "Desde que pusimos la denuncia no hemos tenido contacto con la policía, pero la verdad real poco a poco se está acercando a la verdad jurídica", añadió Tebas.
El partido investigado, jugado el 21 de mayo de 2011, correspondió a la última jornada de la Liga española y resolvió la permanencia del Zaragoza, entonces dirigido por el mexicano Javier Aguirre, gracias a los dos goles del propio Gabi, que inutilizaron el tanto del uruguayo Christian Stuani.
El Levante, con la permanencia asegurada, no se jugaba nada en ese partido y al final fue el Deportivo de La Coruña el equipo que perdió la categoría.
"El descenso ya no nos lo va a quitar nadie, está claro", dijo hoy Alberto Lopo, central del cojunto gallego. "Pero si hubo juego sucio por parte de estos dos equipos, se tendría que actuar como espero que se actúe".
"Si uno actúa así, se tendría que sentir sucio por dentro y mal. Esa persona no tendría que estar haciendo un deporte profesional como este. Si actúa de esa forma, es un perjuicio tanto para él a nivel personal como para el resto de equipos que nos vimos perjudicados", añadió.
El Zaragoza, un histórico del futbol español, descendió finalmente en 2013 a la Segunda División, donde lucha por su subsistencia agobiado por una enorme deuda. Iglesias, que sufrió un rechazo unánime de la hinchada en los últimos años de su gestión, vendió el club este año a una fundación avalada por empresarios aragoneses, entre ellos el presidente de Telefónica, César Alierta. (DPA)