El base logró un triple-doble, su rookie tuvo el mejor partido de la temporada y el equipo rival reservó a su mejor hombre, pero ni aún así pudo ganar Philadelphia, que cayó en casa en la noche del sábado por 110-103 ante los Dallas Mavericks.
El equipo texano no necesitó hacer jugar al alemán Dirk Nowitzki para derrotar a unos Sixers que llevan 16 partidos perdidos y ninguno ganado, con lo que superaron el peor arranque de su historia, que se remontaba a la temporada 1972-1973.
Philadelphia terminó aquella campaña con un desastroso 9-73, la peor marca en una temporada de 82 partidos en la historia de la NBA.
Ante Dallas, los Sixers no pudieron imponerse pese a los 18 puntos, 16 asistencias y diez rebotes del base Michael Carter-Williams.
"Tenemos el corazón destrozado", admitió el entrenador local, Brett Brown. "Me duele terriblemente. Lo siento por la ciudad".
Después de cambiar de dueños, los Sixers están en una segunda temporada de profunda renovación bajo el mando del manager general Sam Hinkie.
El equipo se deshizo de sus jugadores más veteranos a través de una serie de acuerdos para tener buenas opciones en el draft en el futuro y está jugando con jóvenes inexpertos.
En ese contexto, el equipo ha perdido 47 de sus últimos 51 partidos. (DPA)