El rival fue el mismo pero con un lapso de 12 años. Desde aquel debut como capitán ante Croacia, en la primera jornada del Mundial de Corea y Japón 2012, hasta la definición del Grupo A, con una victoria por 3-0 contra el mismo conjunto balcánico que encontró al central como goleador y asistente.
Márquez es el referente absoluto de un equipo mexicano que aprendió a madurar en apenas seis meses y que ahora disfruta de haber encontrado el equilibrio entre la ambición de los más jóvenes y la experiencia de los veteranos.
"Rafa representa el liderazgo. Es el hombre que manda en la cancha y eso se nota. Es muy importante para el grupo. Nosotros notamos en cada partido su experiencia y admiramos cómo nos la transmite al resto del equipo", aseguró el mediocampista Héctor Herrera, una de las grandes figuras del equipo.
El central del León es la mano derecha del entrenador Miguel Herrera dentro del campo. En cada pausa del juego durante el partido de México, el defensor aprovecha para ordenar a algún compañero, corregir posiciones, contagiar estados de ánimo o hasta trabajar el juego dialéctico con los árbitros.
Con 35 años, Márquez demostró estar capacitado para adaptarse a nuevas posiciones de acuerdo a los rivales y aún así igualar su físico con el de muchos compañeros y rivales diez años menores.
"Lo de Rafa es increíble. Este es su cuarto Mundial y todavía parece que tiene 24 años. La verdad que no sé cómo hace", se sorprendió Andrés Guardado, otro de los más experimentados del plantel.
En la victoria del lunes ante Croacia, Márquez jugó la mayor parte del partido como mediocampista central y abandonó el puesto de líbero con el que había comandado la línea de cinco defensores propuesta por Herrera.
Su nueva era en la selección mexicana se inició hace apenas nueve meses, cuando fue recuperado en la selección mexicana por Víctor Manuel Vucetich en el peor momento del "Tri" y después de una ausencia de un año y medio en el equipo nacional.
Desde entonces, el ex jugador del Barcelona y el Mónaco se encargó de corregir el rumbo y de brindarle estabilidad a un equipo que lo había pasado muy mal durante dos años.
Hoy Márquez no sólo es el hombre al que todos escuchan en el campo, sino que también su influencia se refleja en las estadísticas: es el único jugador del Mundo que fue capitán en cuatro ediciones diferentes de un Mundial y el lunes se convirtió en el segundo futbolista mexicano en anotar goles en tres ediciones distintas junto al legendario Cuauhtémoc Blanco.
"No me sorprende porque siempre lo ha hecho bien, desde Mónaco, Barcelona, todo lo que ganó... De repente en México alguna vez se lo menospreció, pero Rafa es el jugador que más cosas ha ganado y eso hay que valorarlo", elogió el portero Guillermo Ochoa.
México logró clasificarse a octavos de final por sexto Mundial al hilo y, después de tres frustraciones, tiene la posibilidad real de romper la barrera de cuartos por primera vez en su historia.
"Estoy pensando en que Rafa Márquez levante la Copa del Mundo. Hoy mi cabeza va a estar metida en Holanda y no me tiemblan las patas para nada", sentenció el entrenador Herrera.
El propio Márquez reconoció el lunes que nunca vivió un Mundial en el que México esté tan alineado en todas sus partes y no se saca de la boca la frase "hacer historia". Si el capitán lo dice, los mexicanos tendrán que confiar entonces. Una vez más. (DPA)