Una cautelar permite la reapertura de las instalaciones de Juegos Olímpico de Río

Una cautelar de un tribunal de segunda instancia permitió este martes la reapertura de todas las instalaciones, estadios y gimnasios que Río de Janeiro construyó para los Juegos Olímpicos que organizó en 2016, cerrados desde hace dos semanas por carecer de las respectivas licencias de seguridad.

La cautelar fue concedida por el magistrado Sergio Schwaitzer, del Tribunal Regional Federal de Segunda Instancia, en respuesta a un recurso presentado por la alcaldía de Río de Janeiro para poder tener las instalaciones en funcionamiento, informó la propia intendencia.

La nueva decisión dejó sin efectos la sentencia dictada el 16 de enero por el juez decimoséptimo federal de Río de Janeiro, Eugenio Rosa de Araújo, quien, en respuesta a un recurso del Ministerio Público, ordenó el cierre provisional de todas las instalaciones por carecer de las respectivas licencias que garanticen su seguridad.

La medida restrictiva se extendía a las siete instalaciones agrupadas en el Parque Olímpico de Barra de Tijuca, que incluye el Velódromo, el Parque Acuático, la Arena Olímpica de Río y el Centro Olímpico de Tenis, y a las nueve del Parque Olímpico de Deodoro, en donde se disputaron, entre otras, las competiciones de piragüismo slalom, hípica, tiro y BMX.

Pese a que la alcaldía aún no ha gestionado las licencias de seguridad del Cuerpo de Bomberos, el magistrado acogió el argumento de la Alcaldía en el sentido de que aún está vigente el Documento Provisional de Funcionamiento expedido por los bomberos en la época de la inauguración de cada una de las instalaciones.

Schwaitzer agregó que varias de las instalaciones son usadas rutinariamente sin problemas y que su cierre puede generar "peligro de daño grave de difícil o imposible reparación al municipio de Río de Janeiro".

Ello debido a que la alcaldía había alegado que el cierre imposibilitaba eventos y competiciones ya comprometidas y perjudicaba incluso el entrenamiento de atletas que se están preparando para los Juegos Olímpicos de Tokio este año.

Según la municipalidad, las selecciones olímpicas de piragüismo slalom, baloncesto, badminton, lucha olímpica, natación y lucha grecorromana utilizan las instalaciones para sus entrenamientos.

Las instalaciones olímpicas de Río de Janeiro han sido blanco de críticas y de investigaciones desde su construcción debido a que varias se convirtieron en "elefantes blancos" que nunca volvieron a ser usadas y a los millonarios desvíos de recursos públicos descubiertos durante las obras.

Ejecutivos de la constructora brasileña Odebrecht, una de las principales implicadas en la Lava Jato, el mayor escándalo de corrupción en la historia de Brasil, confesaron haber pagado sobornos para que la empresa fuera favorecida en los contratos para las obras de los Juegos de 2016.

Según cifras de la alcaldía, los Juegos tuvieron un costo total -incluyendo su organización, las instalaciones olímpicas y las obras de infraestructura de legado para la ciudad- de 39,000 millones de reales (unos 9,512.2 millones de dólares), de los cuales un 43 % fue financiado por el sector privado.