La firma facturó 10,310 millones de dólares entre enero y marzo, un descenso del 1 % interanual, cifra que refleja una "suavización en los volúmenes que comenzó en los últimos días de febrero y se aceleró de manera importante en marzo como resultado de los impactos de la COVID", aunque fue "compensada" en buena parte por la buena marcha de enero y febrero.
American Express indicó que ha acumulado reservas de 1,700 millones en este primer trimestre a consecuencia de "el deterioro de las perspectivas globales macroeconómicas" por la pandemia, con lo que sus provisiones totales para pérdidas por impagos ascienden a 2,600 millones, según indicó en un comunicado.
El máximo ejecutivo y presidente de la empresa, Stephen J. Squeri, dijo que el deterioro económico que comenzó en el primer trimestre y se ha "acelerado en abril" ha afectado al volumen de facturación, por lo que está "agresivamente reduciendo costes", pero se comprometió a "apoyar a los trabajadores y clientes".
En ese sentido, Squeri aseguró que no habrá despidos "relacionados con el COVID-19" este año, sostuvo que ha facilitado el "teletrabajo 100 %" en todas sus localizaciones y agregó que está pagando a los empleados afectados por el virus para que no tengan que utilizar su baja remunerada.
En cuanto a sus clientes, ha lanzado programas de asistencia financiera a corto y medio plazo para sus miembros de la tarjeta de consumidor y de pequeña empresa, así como "beneficios, servicios y premios" para sus usuarios prémium, entre otras iniciativas que se extienden a los socios corporativos.
Los resultados de American Express tuvieron una acogida positiva en Wall Street, donde sus acciones esta mañana subían un 0,13 %. En lo que va de año, la empresa ha perdido un tercio de su valor bursátil.