Candidato brasileño a la OMC cree hay caminos alternativos para lograr Doha

Roberto Azevêdo, candidato brasileño a dirigir la Organización Mundial del Comercio (OMC) considera que la manera de relanzar las negociaciones de la estancada Ronda de Doha pasa por modificar tanto el objetivo como la senda para alcanzarlo.

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Roberto Azevêdo, candidato brasileño a dirigir la Organización Mundial del Comercio (OMC).

"Hay diferencias insuperables entre los miembros si lo que estamos intentando es seguir un determinado objetivo. Si modificamos ese objetivo, tal vez esas diferencias sean superadas", dijo en una entrevista concedida a Efe en el marco del Foro Económico de Davos, donde se encuentra promocionando su candidatura.

"A veces se pueden conseguir cosas muy parecidas por caminos diferentes. Y esos caminos son lo que yo tengo que explorar con los miembros (en caso de que sea elegido). Pero sí, hay caminos alternativos", agregó.

Consultado sobre cuáles serían esas sendas no exploradas, Azevêdo se recusó a citarlas, argumentando que se desactivarían al ser expresadas.

"En el momento que yo los explicite, esos caminos se volverán inviables inmediatamente".

"En las negociaciones comerciales, el proceso es tan importante como la sustancia", aseveró.

La Ronda de Doha fue lanzada en la ciudad homónima en noviembre del 2001, pero está estancada desde julio del 2008, tras el fracaso de unas intensas negociaciones que no consiguieron aunar posturas para concluir un acuerdo para liberalizar el comercio mundial.

Desde entonces el proceso ha vivido en un "impasse", según las propias palabras del brasileño, que "ha dañado la imagen de la institución, porque la gente tiende a equiparar las negociaciones con la OMC".

"Las negociaciones son el pilar esencial para que el sistema avance", aseveró.

Diplomático de carrera y embajador ante la OMC desde 2008, Azevêdo fue el último candidato a presentarse al puesto que ha ocupado en los últimos ocho años el francés Pascal Lamy, que abandonará el cargo el próximo 31 de agosto.

Se le anticiparon ocho personas (seis hombres y dos mujeres), entre ellos siete que han sido o son ministros de Comercio de su país, responsabilidad que Azevêdo no ha alcanzado, algo que no le parece un impedimento.

"Ninguno de los otros candidatos ha estado en el centro del sistema multilateral de comercio durante 15 años ininterrumpidos. Eso es un capital enorme".

"Yo tengo la capacidad de conversar con todos los miembros de forma abierta porque tengo su confianza. Tengo la capacidad que necesita un director general de identificar el problema y saber proponer soluciones que sean innovadoras, significativas y factibles, y eso se consigue con experiencia", se congratuló.

Cuestionado sobre cómo desencallar en la práctica el proceso y qué ha aprendido de sus conversaciones con el resto de miembros durante este proceso de campaña, el diplomático brasileño se mostró convencido de que "todos los países quieren avanzar, el problema es cómo".

Dicho esto, concuerda con el resto de que en la próxima reunión ministerial, el próximo diciembre en Bali, debe aprobarse alguna parte del "paquete total", que dé confianza e impulso para seguir progresando.

"El paquetito es importante pero no es suficiente. Además, corremos el riesgo de pulverizar las disciplinas. Lo esencial es avanzar con la negociación total".

Para ello considera que antes de la pausa vacacional del verano boreal el "paquetito" debería estar listo para ser finalizado en los dos meses restantes antes del encuentro de Bali con la ayuda o no del nuevo/nueva director/a general, que asumirá funciones el 1 de septiembre.

"El nuevo director general deberá darse cuenta si su intromisión será beneficiosa o perniciosa".

De ser elegido, liderará el proceso. De no serlo, intentará abandonar la OMC.

"Si depende de mí, no me quedaré mucho tiempo", confesó.