“Se dice, con razón, que hoy nuestro norte es el sur”, dijo Moreno al inaugurar la 53 Asamblea Anual de Gobernadores del BID, la cual se realiza en esta capital con la participación de delegaciones de los 48 países miembros del organismo.
El funcionario explicó que el año pasado el intercambio comercial entre América Latina y Asia alcanzó los 442 mil millones de dólares gracias a una evolución “de las fuerzas de mercado”, pero advirtió que, en todo proceso, los gobiernos deben hacer su propia parte.
“No menos importante es lo que podemos hacer a la hora de compartir experiencias en políticas exitosas. Cualquier perspectiva debe incluir una verdad irrefutable: las demandas de alimentos y energía se están desplazando a Asia”, precisó.
Además, dijo, también es el momento de mirar hacia África, el continente que con sus más de mil millones de habitantes “nos hace plantearnos perspectivas de oportunidades, comercio e inversión”.
Moreno subrayó la importancia que la crisis financiera que ha agobiado a los mercados esté perdiendo fuerza y que América Latina haya enfrentado con buenos resultados los vaivenes e incertidumbre de los mercados, mientras que países centrales se han derrumbado.
“América Latina tiene mucho que enseñarle a Europa, pero también mucho que aprender. Hay que utilizar esta ventana que se nos ha abierto para adelantar reformas pendientes con el fin de romper cuellos de botella que nos impiden avanzar más rápido”, alertó.
El actual clima de prosperidad que se vive en la región, agregó, ha hecho resurgir las expectativas de desarrollo, aunque “quizá el reto más grande de los gobiernos es entender que ciertos problemas no se solucionan con más dinero, sino con buenas políticas”.
Al referirse a la Asamblea del BID, su presidente afirmó que se desarrolla “en un momento de incertidumbre mundial”, porque a pesar de que los peores temores de recesión han quedado atrás “la crisis no ha sido superada”.
“Estados Unidos ha avanzado mejor de lo que se pensaba, pero sus niveles de deuda aun son elevados y eso, al igual que la disminución del dinamismo de China, obligan a pensar en un aterrizaje suave que permita alejar las amenazas”, señaló.