La retracción de la actividad económica entre enero y febrero fue la mayor registrada para este período desde que el llamado índice previo del PIB comenzó a medirse, en 2003.
El resultado muestra que la economía brasileña, que en los últimos dos años sufrió una desaceleración como consecuencia de la crisis internacional, continúa sin reaccionar.
El índice previo del PIB había registrado un crecimiento del 1.43 por ciento en enero con respecto a diciembre impulsado principalmente por la expansión de la producción industrial, que avanzó un 2.6 por ciento.
Pero la producción industrial se retrajo un 2.5 por ciento en febrero con respecto a enero, según las cifras divulgadas la semana pasada por el gobierno, lo que terminó provocando la retracción económica en el período.
Pese al mal desempeño en la comparación con el mes inmediatamente anterior, la actividad económica de Brasil registró un crecimiento del 0.87 por ciento en febrero frente al mismo mes del año pasado, aunque esa variación no tiene en cuenta los ajustes estacionales.
De acuerdo con el indicador previo del Banco Central, la economía brasileña acumuló un crecimiento del 0.87 por ciento en los últimos doce meses hasta febrero, lo que indica que la tendencia a la desaceleración se mantiene.
Ello debido a que, tras haber registrado una expansión del 7.5 por ciento en 2010, el crecimiento de la economía brasileña sólo fue del 2.7 por ciento en 2011 y del 0.9 por ciento el año pasado.
Tanto el gobierno como los economistas de los bancos privados prevén una reacción en 2013, que aún no se refleja en el indicador previo del PIB.
Mientras que los economistas de las instituciones financieras prevén un crecimiento del 3.0 por ciento este año, el Banco Central proyectó en su último boletín trimestral sobre la inflación, divulgado hace dos semanas, una expansión del 3.1 por ciento para 2013.