La empresa, con sede en Irving (Texas, EE.UU.), tuvo una facturación acumulada de 200,675 millones de dólares hasta septiembre, un 49 % más en comparación con el mismo periodo de 2020, en el que registró unas pérdidas de 2,370 millones.
En cuanto al tercer trimestre, Exxon Mobil obtuvo un beneficio de 6,750 millones -su mejor cifra desde 2017- frente a los 680 millones que perdió en ese tramo de 2020, con unas ventas un 60 % superiores.
El flujo de caja ascendió entre julio y septiembre a 12,100 millones, con los que ha financiado inversiones de capital, reducido su deuda en 4,000 millones e incrementado sus dividendos, indicó en un comunicado.
Exxon Mobil, líder en el sector de la energía en EE.UU., sufrió fuertes pérdidas el año pasado por la crisis ligada a la pandemia del coronavirus, pero ha recibido impulso con la recuperación económica y de la demanda.
La producción de producto equivalente al petróleo aumentó un 4 % en el tercer trimestre, hasta 3.7 millones de barriles diarios, lo que sumado al encarecimiento de las materias primas ha alimentado las cuentas de la petrolera.
"Nuestros tres negocios principales generaron resultados positivos durante el trimestre, con unas operaciones y control de costos fuertes, así como más realizaciones y una demanda mejorada para los combustibles", dijo el máximo ejecutivo, Darren Woods.
En ese sentido, el consejero delegado señaló que la mayor recaudación de Exxon Mobil permitirá "financiar oportunidades bajas en carbono", un negocio en el que se propone aumentar el gasto.
Los resultados tuvieron una buena acogida en Wall Street y las acciones de la compañía subían un 0.78 % al inicio de la sesión. Desde el comienzo del año, se ha revalorizado un 57 % en el mercado.